Los términos que se usan durante el acto sexual tienen un rol muy importante porque estimulan la pasión en la pareja.

A Lorena, de 38 años, empleada de un estudio jurídico de Guayaquil, le parece muy importante que su pareja le diga palabras tiernas y cariñosas durante el acto sexual, porque estas, además de estimularla, la halagan mucho y tornan más intenso ese momento.

Ella recuerda que en una ocasión un ex novio, mientras tenían sexo, le pidió que le dijera palabras obscenas y eso provocó que se enfriara el deseo en ella y todo terminó mal.

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Según la psiquiatra sexóloga Consuelo Camacho, el que las personas se hablen durante ese momento es muy importante, siempre y cuando a ambas les agrade, porque puede darse el caso de que a uno de ellos le guste estar en silencio y al otro no, y que además, tampoco le agrade escuchar que su pareja le hable.

“Todo depende de los rasgos de personalidad. Hay personas que les agrada que les digan frases amorosas, mientras que a otras les gustan las eróticas y hasta subidas de tono, ofensivas, pero también es normal”, señala la psiquiatra.

Cecilia, de 36 años, soltera, dice que para ella las palabras eróticas y muy candentes avivan el deseo entre los amantes, sobre todo aquellas que se relacionan a las partes íntimas.

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De las parejas que ha tenido casi a todos les ha parecido excitante que ella haga buenos comentarios de la forma como hacían el amor y a su vez le pedían que ella les diga ciertas palabras que deseaban escuchar como: Papi, qué bien lo haces. Qué rico  eres.

“Yo creo que si uno está de acuerdo, no hay ningún problema. Todo es cuestión de lo que quiera la persona y de que se sientan felices y complacidos”, señala Cecilia.

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Para la pareja de esposos Sandra y Miguel, que llevan doce años de casados, siempre tiene que haber palabras cariñosas y sensuales antes y durante el encuentro sexual.

Sandra dice que no hay por qué escandalizarse cuando el uno le pide al otro que manifieste el placer por lo que está pasando en ese momento. “A mí me gusta que me exprese que soy lo máximo, que huelo rico y que lo haga con mucha ternura y también con pasión.

Daniel, de 40 años, divorciado dos veces, indica que las palabras tienen un rol indispensable en la relación sexual, pero aquellas que hablan del momento y de los amantes, y no aquellas que hacen relación a los problemas familiares, deudas, chismes, como a él le tocó vivir con una de sus esposas.

“No sé por qué ella al momento del acto se ponía a hablar de que el bebé había estado malcriado, que había subido el precio del arroz, y los chismes de la familia”, cuenta Daniel. 

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Según el psiquiatra sexólogo Germánico Zambrano, las palabras al momento del contacto sexual son muy importantes si se las utiliza en el contexto adecuado. Ellas contribuyen a que el acto sea más apasionado y placentero, más dulce, o de lo contrario se transforman en un elemento perturbador que puede bloquear totalmente la respuesta fisiológica del uno o del otro.

“No hay que extrañarse que  un número significativo de personas en el momento de mayor apasionamiento antes del clímax pueda tener emociones tan intensas que las lleve a decir palabras que en otro momento no lo dirían”, observa el doctor Zambrano.

Su colega Consuelo Camacho dice que la regla de oro para que la relación sexual de pareja funcione es que jamás se debe obligar al otro a hacer algo que no quiere. “Cuando al otro no le gusta hablar, ni que le hablen o solo prefiere escuchar, se puede  alternar para buscar otros mecanismos de comunicación para que ambos tengan satisfacción. Se puede recurrir a los juegos, caricias, pero siempre que ambos lleguen a un acuerdo”, recomienda Germánico Zambrano.

Agrega que dependiendo del estilo de la personalidad y de los componentes de aprendizaje de la sexualidad y el erotismo hay personas que prefieren no distraerse con las palabras y concentrarse en las sensaciones táctiles, olfativas, intrapsíquicas (fantasías, recuerdos...).

Los excesos
Cuando las palabras ofensivas, subidas de tono como: Eres una maldita perversa, entre otras expresiones, se repiten en cada encuentro íntimo de la pareja, se podría tratar de un problema de caracter  patológico, que raya en el  sadomasoquismo, dice el doctor Germánico Zambrano, y entonces la pareja o uno de los dos  deberá buscar ayuda profesional, porque además de las frases podrían también haber agresiones físicas que atenten contra la seguridad de esa pareja.