Un pagaré en blanco, con una cruz que le indicaba dónde debían firmar él y su garante, le dieron a un joven que aplicó a un puesto de vendedor de pollos.  Él mostraba este documento a otro compañero que esperaba el mismo puesto y quien se quejaba de la comisión: 0,03% si lograba conseguir nuevos clientes y venderles 3.600 pollos cada mes.

Los dos hombres, de unos 30 años, acudieron luego a Hurtado y Los Ríos, donde buscaban a un ayudante de bodega. Este trabajo  fue uno de los que más aspirantes tuvieron ayer, al igual que el de impulsores para colocar tarjetas de crédito de una cadena de  almacenes. 

A uno de esos puestos aplicó Lizete López, de 18 años, quien lleva un año buscando un empleo sin conseguirlo. Piensa que es porque estudió en un colegio a distancia.

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