El actor de 51 años, hijo de padre español y madre italiana, ha participado en películas como Indiana Jones, en busca del arca perdida, y Chocolate. 

El villano de Spiderman 2, estrenada el miércoles pasado  en Estados Unidos y el jueves anterior en Guayaquil, ha tenido problemas con las arañas.
 
El primer papel de Alfred Molina fue en una de las películas de Indiana Jones,   En busca del arca perdida, cuando interpretó a Satipo, el guía que traiciona a Jones. En esta cinta, hay una escena en la que está petrificado con varias arañas en sus hombros y en la espalda.
 
“Eran arañas de verdad... Hoy hubieran sido arañas generadas por computadoras”, recuerda Molina de la película, rodada en 1981. “La tecnología disponible en esa película no tiene ni punto de comparación con la de ahora”, refiere.
 
Molina en esta ocasión es el enemigo del Hombre Araña (Tobey Maquire), el doctor Octopus, un científico demente que camina sobre unos gigantescos tentáculos que quedaron adheridos a su cuerpo tras un experimento que no salió como debía.
 
El actor londinense, de 51 años, cuyo padre es español y su madre italiana, cuenta que le puso nombres a cada uno de los tentáculos. Harry y Larry eran las extremidades inferiores, las que lo sostenían haciendo alarde de gran fuerza o las que agarraban vehículos y los lanzaban contra restaurantes. “Eran más grandes y más pesadas”, dice.
 
Las superiores eran Flo y Moe,   más chicas, pero muy poderosas. Pero Flo (la de la derecha), era la que efectuaba las tareas más delicadas, como quitarle las gafas o encender un cigarrillo.
 
Aunque su personaje en la cinta  es una mezcla de acción e imágenes generadas por computador, cada escena con los tentáculos fue filmada con  la ayuda de 16 personas, 4 en cada tentáculo.
 
Molina, un actor con bastante experiencia en el mundo del teatro, hizo de Diego Rivera en la película Frida, que suele representar en cine papeles de malvado.
 
En el filme   Chocolate, Molina interpretó a un alcalde conservador y de mentalidad muy cerrada que quería cerrar la chocolatería del pueblo; en Boogie Nights era un narcotraficante perdido en la cocaína, mientras que en Dudley Do-Right hizo del malo Snidely Whiplash.
 
“Hacer el papel de villano siempre es divertido”, señala. “Hay mucha libertad y campo para inventar. Podría irme a la tumba interpretando a los malos de la película. Sencillamente me encanta”.
 
Como el médico Otto Octavius, empezó siendo un cordial mentor científico del fotógrafo Peter Parker, el Hombre Araña. Cuando un experimento con una  fuerza de energía mata a su esposa y fusiona sus extremidades mecánicas a su espina dorsal, decide utilizar su fuerza para castigar a la humanidad.   Diciéndolo de todo corazón, Molina señala que Octavius no tiene la intención de ser malo.
 
“Podrías interpretarlo como un tipo malo desde el principio al fin de la película. Sería muy aburrido. La audiencia se cansaría de ello, así que tuvimos que hacerlo lo más interesante que pudimos”, añadió.

Pero, ¿cómo un actor que tiene una cara tan amigable siempre termina haciendo de malo en las películas?  “No lo sé. Quizás en mis adentros soy un tirano”, responde Molina.