En un evento de menor importancia, como el concurso Miss Universo, errores así pueden ser muy costosos, pero no tienen repercusiones posteriores. Tratándose del TLC, las consecuencias a mediano y largo plazo podrían ser catastróficas.

Ciertos hechos llaman la atención. Días atrás circuló un proyecto de decreto sobre temas relacionados con la fabricación de algunos medicamentos. Como se sabe, la industria farmacéutica es parte gravitante de la negociación del Tratado, de manera especial en su capítulo de ‘Propiedad intelectual’. Pero luego, el Ministro de Salud dijo que no conocía dicho proyecto. ¿Entonces, quién lo redactó?, ¿y cómo llegó a manos del Presidente de la República?

Hace algunas semanas decíamos que el debate sobre el TLC había salido del ámbito de las ideologías para ubicarse en el terreno, más provechoso, de definir las condiciones para que un convenio comercial así resulte beneficioso. Ahora la pregunta es si nuestros representantes en dicha negociación conocen de verdad esa agenda y si cuentan todos con la voluntad y los recursos para defenderla.

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