“Siempre hay alguien que se va”, y esas anécdotas reales se mezclan con la ficción en la obra trabajada  por la artista Rocío Plúas, integrante del grupo Transit, quien expone  junto con sus compañeras  de oficio en el Museo de Arte Moderno.

   Doce hormas para confeccionar zapatos han sido revestidas con la temática de la migración, con historias de un personaje; incluso quien le facilitó este elemento fue un zapatero que emigró desde Quito hacia España, por ello una horma está bautizada como Juan, el zapatero, dijo Plúas.

  También están las  que representan el exilio de Consuelo, la enfermera; y de Carlos, el pintor, quien en cambio llegó al Ecuador desde otro país, y al lado de este  conjunto de personajes está  una horma de quien se quedó en el camino, indicó la artista.

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  La interpretación de las artistas en sus propuestas individuales y en grupo  es  el tránsito como una constante en la historia. “A su búsqueda nos abocamos desde múltiples lugares, con la idea que el recuerdo y la continuidad permiten mantener viva la posibilidad de la discusión y la aparición de una mirada alternativa”, señaló el documento de presentación de Transit.

  Dos mujeres en su tránsito -que dio nombre al grupo- por Buenos Aires, Argentina, junto a tres motivadas por el arte, se juntaron a fines de 1997 para abordar aquello que las identifica, une y enriquece al sumar vivencias de sus países de origen: Alemania, Argentina y Ecuador, y están presentes con sus obras en esta exposición. Ellas son  Silvia Rudolf, María Paula Doberti, Débora Kirnos, Mónica Weiss y Rocío Plúas, apoyadas por la Red Cultural Alemana Kultura.   La muestra,   expuesta en seis salas, tiene trabajos individuales y en grupo, a través de instalaciones, pintura y técnicas mixtas.

Se exhibió en Guayaquil y a partir del 15 de julio se presentará en Quito en la galería de la Universidad Politécnica, para luego trasladarse a Manta y Bahía de Caráquez.   Como parte de este proyecto María Paula Doberti dio a conocer  la propuesta del arte correo.