Los analistas Alberto Acosta y Fidel Márquez coincidieron esta mañana en que hay que dejar de lado la política fiscal y trabajar para reactivar el aparato productivo que permita generar más ingresos, sin que se cobren más impuestos.

Ambos especialistas llamaron a dejar de lado la economía que denominaron fondomonetarista, que radica su eje en la obtención de capitales, y más bien tomar un modelo que genere productividad, y que no priorice el pago de la deuda externa.

Márquez negó que la dolarización esté en peligro como lo anunció el Ministro de Economía, Mauricio Yépez, y explicó que este sistema monetario da estabilidad por el tipo de cambio.

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El catedrático explicó que la política económica que se ejecuta en el país ha dejado al hombre, y en lugar de colocarlo como el centro de desarrollo, "es el subproducto residual de última instancia dentro del desarrollo económico que se plantea por  parte de la receta fondo monetarista", lo que ha llevado según Márquez a una política de corte fiscalista en la que no se da ningún proceso de reactivación del aparato productivo.

De su lado, Acosta asegura sobre la posibilidad de que parte del sistema monetario del país se asiente sobre el fondo de pensiones, que esta postura no es una novedad. Explicó que gran parte de la información que los funcionarios del gobierno se ven obligados a presentar no demuestra la gran facilidad de la economía ecuatoriana.

Márquez propone un cambio estructural empezando por el seguro social a través de su concesión, una vez que  este sistema debe brindar tranquilidad a quienes aportan a ella. "De no ser así  se está frente a un sistema que hay que modificar y buscar alternativas", indicó.

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El catedrático propone que los fondos del IESS se inviertan de manera que generen empleo y productividad, y de esta manera tratar de solucionar los problemas a la economía nacional generando recursos que no desfinancien el seguro social.

Antonio Acosta además advierte que el estado está recomprando deuda, cuando recién se lo debería hacer desde el 2006, por lo que dijo no existe la necesidad de ahorrar en este año 600 o 7000 millones de dólares que podrían servir para atender la demanda de los jubilados, o para reactivar el aparato productivo o financiar el sector petrolero.