Los tranvías eléctricos
A lo largo  de la avenida Rocafuerte recuerdo que había rieles para carros arrastrados por mulas, luego vinieron los carros urbanos a tracción mecánica con gasolina y los tranvías eléctricos con sus trolley, –vocablo inglés que se castellanizó como ‘trole’ y hasta llegó a ser mala palabra entre los muchachos de las barriadas de antaño–, que conectaban en la parte posterior y superior del vehículo con el cable de la electricidad, que los chicos traviesos le desconectaban a los motoristas para hacerlos rabiar.

Cuando llegó el pavimento en algunas calles, a fines de 1929 con la Compañía White, circularon los buses de los hermanos Arosemena Coronel, color gris, que llevaban los nombres de El Oso, El Toro, El Elefante, que era el más grande, etcétera, cuyo pasaje valía un real (0,10 centavos de sucre). La línea # 1 Camal - Las Peñas es la que más recuerdo; se usaba para pasear los domingos.

Mis hermanos mayores alcanzaron a ver por las décadas del 10 y 20 del siglo pasado el carruaje o berlina, arrastrado por fuertes caballos y manejado por hábiles cocheros del Dr. Juan Tanca Marengo, que era el médico de cabecera, como así se llamaba en esa época, de nuestra familia y de muchas otras.

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Memorias del  Prof. Hugo Delgado Cepeda, periodista y tradicionista guayaquileño.