Contra todos los pronósticos y un gol de plata que valió oro, la “cenicienta” Grecia venció ayer a la República Checa 1-0 y avanzó a la final de la Eurocopa con Portugal.

El gol se produjo a los 115 minutos, sobre el final del primer tiempo extra cuando Georgios Karagounis cobró un tiro de esquina colocándosela justo a la cabeza del defensor Traianos Dellas, que la mandó adentro.

Según la regla del gol de plata, cuando hay un gol en uno de los tiempos extra de 15 minutos se completa el periodo, pero como fue sobre su expiración misma, los checos ya no tuvieron más tiempo que para llorar.

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Grecia corona así una notable actuación que la llevó de no ganar nunca un partido en grandes torneos internacionales a disputar con los dueños de casa el título continental.

Apenas corrían dos minutos en el reloj cuando el gigantón Jan Koller lanzó centro bombeado a Tomás Rosicky que sacó violento remate y estrelló la pelota en el travesaño.

A los 5, Karel Poborsky se internó en el área griega y despidió un cañonazo que el arquero Antonios Nikopolidis desvió en gran intervención arrojándose a su derecha.

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Cinco minutos después Georgios Karagounis, el mejor en la delantera griega, probó de larga distancia pero el arquero Petr Cech contuvo sin problema alguno.

Después del aluvión checo inicial, los griegos fueron animándose más en la ofensiva tratando de tocar la pelota en toda la cancha.

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Al promediar la etapa se empezaron a oír silbidos para los checos, a quienes les faltaba claridad.

A los 32, Nikopolidis volvió a lucirse al desviar un fuerte remate de Marek Jankulovski.

Iban 39 minutos cuando el técnico checo Karel Bruckner tuvo que sacar de la cancha a Pavel Nedved que se lesionó en un choque con Konstantinos Katsouranis.

A los 43, en gran jugada individual se la llevó Jankulovksi y a la carrera remató, pero Nikopolidis pudo contener cerca del ángulo entre el travesaño y el segundo palo.

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Y en el minuto final de la primera etapa, Karagounis lanzó un tiro de esquina desde la izquierda y Cech rechazó con los puños para salvar el peligro.

A los 55 minutos, cuando volvían los silbidos a saludar a los checos, Karel Poborsky de tiro libre la envió ligeramente desviada. Y casi en seguida, Poborsky ejecutó un tiro de esquina desde la izquierda y Koller cabeceó casi junto al segundo palo.

A los 63, Zisis Vryzas ejecutó un tiro libre con violento remate que hizo esforzar al guardameta Petr Cech.

Poborsky, siempre el más peligroso en la República Checa, remató apenas desviado a los 68.

Y a los 79, Rosicky trianguló con Koeller y este se perdió el gol enviando la pelota junto a un poste.

El primer tiempo extra fue un monólogo griego.

A los 93m, Angelos Charisteas cabeceó y rechazó el arquero Cech. A los 102, Dellas de cabeza exigió nuevamente el arco checo.

Y a los 115, en el minuto final, la locura: Giannakopoulos cobró un tiro de esquina desde la derecha con un centro justo a la cabeza de Traianos que la clavó adentro.

El árbitro italiano Pierluigi Collina mostró la tarjeta amarilla al griego Georgios Seitaridis (Panathinaikos) que se había pegado como una sombra al joven Milán Baros, del Liverpool, al que le estaba aplicando un duro castigo. Después el juez amonestó a otros futbolistas por agresiones mutuas en el desarrollo del compromiso.

FESTEJOS

EUFORIA
Traianos Dellas, defensa del club AS Roma de Italia, de 28 años, autor del gol del triunfo y elegido mejor jugador del partido, consideró que fue merecido. “Al principio, el partido fue difícil porque ninguno de los dos equipos quería perder. Tratamos de no encajar un gol puesto que eso era de importancia capital. Creo que jugamos de manera muy inteligente y logramos ganar en el último minuto (del primer alargue)”, afirmó.

CHARISTEAS
Angelos Charisteas, centrodelantero del Werder Bremen alemán, señaló: “¡Es increíble! Es lo más grande de la historia del fútbol griego. Con un poco de  suerte ante los excelentes checos pudimos marcar el gol de la victoria
 y estar en la final de la Eurocopa”.

EN ATENAS
Miles de aficionados entusiastas salieron a las calles de Atenas y otras ciudades del país con banderas para celebrar la victoria de su selección en semifinales de la Eurocopa portuguesa.

EUFORIA
¡Oh, Dios mío, Grecia está en la final! ¡Es de no creer!, dijo un anunciador en la televisión estatal ET1 que transmitió en vivo el partido en que
Grecia venció a la República Checa.

LA COPA
“Tráigannos la copa, no puedo esperar más”, cantaba un grupo que ondeaba banderas griegas, mientras los fuegos de artificio empezaron a iluminar los cielos nocturnos sobre la Acrópolis y otros monumentos históricos, afirmaron los periodistas en las transmisiones.

1 Grecia: Antonios Nikopolidis; Giourkas Seitaridis, Traianos Dellas, Angelis Basinas (Stylianos Giannakopoulos, 72m), Theodoros Zagorakis, Angelos Charisteas, Panagiotis Fyssas, Zisis Vryzas (Vasilios Tsiartas, 91m), Mihalis Kapsis, Georgios Karagounis, Costas Katsouranis.

0 Rep. Checa: Petr Cech; Zdenek Grygera, Tomás Galasek, Rene Bolf, Marek Jankulovski, Karel Poborsky, Jan Koller, Tomás Rosicky, Pavel Nedved (Vladimir Smicer, 40m), Milán Baros, Tomas Ujfalusi.

Árbitro: Pierluigi Collina (Italia). Amonestó a Seitaridis (23m), Charisteas (70m), Karagounis (87m), de Grecia; Galasek (48m), Smicer (55m), Baros (102m), de República Checa.

Gol: Dellas (115+1), de Grecia.

Incidencias: Partido jugado en el estadio  Dragao (Oporto), por las semifinales de la Eurocopa ante 41.000 espectadores.