Hussein podría ser condenado a pena de muerte, acusado de genocidio y de cometer crímenes de guerra.

Desafiante, el ex presidente de Iraq, Saddam Hussein, calificó ayer de “teatro” al Tribunal Especial en el que, junto a once ex miembros de su gobierno, escuchó cargos formales en su contra y agregó que “el verdadero criminal es el presidente de EE.UU., George W. Bush”.

Es la primera vez que el ex dictador iraquí aparece ante el público después de su captura hace siete meses.

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Hussein denunció que llegó al tribunal esposado y con una cadena en su cintura, cuestionó la validez del tribunal y se rehusó a firmar los papeles legales que explican las acusaciones en su contra, hasta que acuda su abogado defensor.

En la audiencia televisada, que duró 30 minutos y se realizó en un lugar secreto cerca de Bagdad, el derrocado mandatario escuchó las acusaciones por crímenes de guerra,  genocidio y asesinato.

Cuando se le preguntó su nombre, respondió: “Soy Saddam Hussein Al Majid, presidente de Iraq”, señaló con el dedo al magistrado y se negó a reconocer la jurisdicción de la Corte. Agregó que “el verdadero criminal es Bush” y tildó a la audiencia de “mascarada” destinada a favorecer la campaña electoral de este.
Insistió en que el juez se dirija a él con el título de Presidente de la República de Iraq, porque con ello “respetaría la voluntad popular”.

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Saddam, que gobernó Iraq por 24 años, explicó que no invadió Kuwait en 1990 porque “es parte de Iraq” y que se limitó a “defender a los iraquíes de los kuwaitíes a quienes describió como “perros que robaban el petróleo de Iraq”.
El juez lo amonestó y le advirtió por su lenguaje, pues la palabra perro es un insulto vulgar en el mundo árabe.

Preguntado si podría costearse un abogado, Saddam Hussein contestó: “Los estadounidenses dicen que tengo millones ocultos en Suiza. ¿Cómo es que no tengo dinero para pagar uno?”.

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Guiguis Saada, portavoz del primer ministro, Iyad Alawi, dijo que aún no han recibido requerimiento de ningún abogado, iraquí o extranjero, para defender a Saddam Hussein y que aunque tiene derecho a una defensa, sus juristas extranjeros deben pedir autorización del Colegio de Abogados iraquíes para ejercer.

Varios de esos defensores calificaron ayer otra vez de “ilegal” al Tribunal Especial.

“Esta causa está en contradicción con las leyes internacionales y las convenciones de Viena y de Ginebra que consideran invalidado todo acuerdo entre un ocupante y un Gobierno provisional”, declaró Ziad Jasauneh, uno de los abogados del grupo de árabes, franceses y británicos designado para defender a Sadam.

De resultar condenado, Saddam Hussein podría enfrentar la pena de muerte.

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La decisión del nuevo régimen iraquí de restablecer la pena capital antes del juicio, ha evocado opiniones encontradas en Europa, donde Alemania, Francia y Gran Bretaña se oponen a ella, pero Letonia, Polonia y otros países del Este la apoyan.

El presidente de EE.UU., George W. Bush, vio la comparecencia de Hussein por televisión y “está contento de que sea sometido a la Justicia por los iraquíes y ante un tribunal iraquí  por las atrocidades cometidas por su régimen”, dijo su portavoz, Scott McClellan.