La Asamblea Nacional de Cuba denunció ayer que las nuevas medidas de Washington causan “desesperación, rabia y dolor” en hogares a ambos lados del Estrecho de Florida, pero aseguró que no acabarán con la revolución.

Las medidas endurecen el embargo al reducir los viajes de los exiliados hacia Cuba a 14 días, una vez cada tres años, y les reduce la cantidad de dinero de las remesas.

La Asamblea afirmó que EE.UU. creó “una especie de apartheid” para los cubano-estadounidenses y lo acusó de querer “aniquilar” a Cuba, pero afirmó que antes “tendrían que invadir este país”.

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Los tribunales estadounidenses sancionen a quienes violen las nuevas disposiciones, con multas y condenas de hasta 250.000 dólares y 10 años de prisión.