A pesar de cobrar muy cumplidamente las planillas por el servicio de agua potable, al extremo de que bastan dos para cortar el suministro, se otorga al guayaquileño un servicio de cuestionable calidad.

Los barrios de la ciudad son testigos de los continuos cortes de agua sin previo aviso. La concesionaria se limita en forma muy desenfadada a justificarlos sin mayor explicación.

Desde el momento en que se comenzó la tan esperada regeneración urbana del centro de Guayaquil, parece que se estrecharon las cañerías por cuanto el suministro de agua disminuyó considerablemente en este importante sector. Es más, ahora asegura Interagua estar realizando unos trabajos en el cerro Santa Ana, los cuales han complicado severamente la situación. El nivel de agua en el centro de la ciudad está llegando al cero absoluto.

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Al edificio Fórum, frente a la Plaza del Centenario, casi no le llega agua durante el día. Por más que los arrendatarios y propietarios nos quejamos ante el administrador, este asegura que no puede prender la bomba porque se quemaría, ya que la cisterna está casi vacía. Esta situación de emergencia la vivimos ya hace varios meses, y no se avizoran posibilidades de remedio.

Todos enloquecemos por la falta de agua y por los efectos desagradables contra la salud que esto ocasiona.

El Municipio debería llamar a cuenta a los administradores de esta compañía, y aplicar las respectivas medidas punitivas.

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Dr. Renato Menoscal Avilés
Guayaquil