Bernardo Arévalo Padrón, una de las figuras más destacadas del periodismo independiente cubano y quien estuvo encarcelado seis años, viajará próximamente a Estados Unidos en calidad de refugiado político, informó hoy la SIP.
 
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), con sede en Miami (Florida), indicó en un comunicado que Arévalo notificó que a directivos de esa organización que el gobierno estadounidense le concedió asilo político.
 
Arévalo precisó que el 30 de junio se le citó a la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (Cuba) donde se le anunció que su petición de asilo fue concedida.
 
El periodista tiene permiso de las autoridades cubanas para abandonar el país, lo que hará el 25 de agosto hacia Cancún (México), desde donde proseguirá vuelo hasta Miami y luego a Fort Worth (Texas), su destino final.
 
Allí será sometido a una intervención quirúrgica en la nariz y a un tratamiento por otras dolencias contraídas en prisión, según la SIP.
 
El periodista, quien viajará con su esposa, Libertad Acosta Díaz, hará una escala de tres días en Miami y a su arribo ofrecerá una conferencia de prensa en el aeropuerto.
 
Arévalo, quien hasta el momento es el periodista que más años ha estado en prisión, fue liberado el 13 de noviembre de 2003 y se reincorporó de inmediato a su labor periodística.
 
En su conversación con directivos de la SIP, Arévalo agradeció a esa organización y otras instituciones "defensoras de libertad de prensa y derechos humanos por el apoyo y solidaridad permanentes".
 
El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Rafael Molina, se mostró complacido "por la nueva etapa de vida del periodista tras seis años de sufrimiento en la cárcel".
 
Molina dijo que "con la salida del periodista al exilio, se pierde a una persona muy valiosa y necesaria para seguir luchando por la libertad en Cuba".
 
En 1997 Arévalo fundó en la provincia de Cienfuegos la agencia de periodistas independientes Línea Sur Press, y en noviembre de ese año fue juzgado y sentenciado a seis años de cárcel por calificar de "mentirosos" al presidente cubano, Fidel Castro, y al vicepresidente Carlos Lage.
 
Según denunció el propio periodista, durante su encarcelamiento en la cárcel de Ariza, en Cienfuegos, fue sometido a torturas y malos tratos que afectaron seriamente a su salud.
 
La SIP denunció sistemáticamente su injusto encarcelamiento y exigió la liberación del periodista, como la de otros tantos que aún permanecen en las cárceles cubanas.