El papa Juan Pablo II impuso ayer el palio -símbolo de comunión con el Obispo de Roma- a 44 arzobispos de todo el mundo, entre ellos trece iberoamericanos, en una ceremonia donde les pidió continuar en el camino hacia la unidad de los cristianos.

 Entre los arzobispos que recibieron el palio están Ramón Benito de la Rosa y Carpio (República Dominicana), José Luis Chávez Botello (Oaxaca, México) y los peruanos Juan Antonio Ugarte Pérez y José Paulino Ríos Reynbosos. El palio es una faja de lana blanca, con seis cruces de seda negra bordadas longitudinalmente. Era un signo litúrgico de los papas, que después lo concedieron a los obispos que habían recibido de Roma una jurisdicción.