Cuarenta y cuatro años después de la celebración de los Juegos Olímpicos de Roma 60, la llama olímpica ha vuelto a la Ciudad Eterna, donde, en su camino hacia Atenas, ha sido acogida con ceremonial de Estado.

La llama de los Juegos de Atenas 2004 llegó ayer al mediodía, procedente de Barcelona, al aeropuerto romano Leonardo Da Vinci de Fiumicino en un avión Boeing 747-200 de Air Atlanta, de nombre Zeus.

Un avión que vino precedido de otro jumbo con once motocicletas a bordo que escoltaron la llama en su recorrido por la capital italiana.

Publicidad

En el aeropuerto romano el fuego fue recibido con todo un ceremonial de Estado, con policías en uniforme de gala y con la banda de música de la Armada que, a ambos lados de una larga alfombra roja, tocó los himnos italiano, griego y olímpico.

Para recibir la antorcha estaban allí, entre otros, el embajador de Grecia en Italia, Mitsialis Anastasios; el alcalde de Fiumicino, Mario Canapini; y la vicepresidenta del Comité Nacional Olímpico Italiano (CONI), Diana Bianchedi.

La llama olímpica, protegida en un farol, fue bajada del avión por un representante del Comité Organizador de Atenas, quien a su vez se la pasó al Alcalde de Fiumicino.

Publicidad

Luego, fue llevada a un palco de honor ubicado en la misma pista, adornado con el logotipo de Atenas 2004 y las banderas de Italia y de Grecia. Estaba presente la atleta australiana Cathy Freeman.

La antorcha, que llegó a Roma procedente de Barcelona, tras su paso por Madrid, ciudad que lucha por la sede de los Juegos de 2012, luego viajará a Munich, Berlín, Estocolmo, Helsinki, Moscú, Kiev, Estambul, Sofía y Nicosia, antes de volver a Grecia. Unas 3.600 personas han portado la antorcha en los 78.000 km por todo el mundo.