En montos globales, entre enero y diciembre del 2004, deberían ingresar 1.925,6 millones de dólares por créditos y salir 2.335,8 millones por amortizaciones (capital) e intereses. Pero la práctica muestra que la relación entre la nueva deuda y la que se paga es más dispareja que la planificada.

Los valores efectivos durante los primeros cinco primeros meses del año muestran que el país canceló 1.334,5 millones de dólares y recibió apenas 357 millones.

Eso significa que mientras el Fisco recibía un dólar por un nuevo crédito, los prestamistas cobraron 3,70, por los anteriores.

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El ministro de Economía, Mauricio Yépez, sostiene que los créditos externos son indispensables, pues la tercera parte del presupuesto se financia con deuda.

Ramiro Crespo, director de Analytica Securities, comparte el criterio de Yépez, pero advierte que la situación fiscal no es sostenible si a la deuda oficial se suman los atrasos; “es decir la deuda informal, porque no se paga a los proveedores o a contratistas” y que suman alrededor de 300 millones de dólares.

El propio representante del Fondo Monetario Internacional (FMI), David Yuravlivker, dijo el mes pasado que “este país está muy endeudado”.

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Planteamientos
¿Soluciones? Cumplir con los compromisos y endeudarse menos, o nada, sugirió.
Yépez apuesta por la recompra de la deuda, a través de la colocación de nuevos bonos del Estado. Y para ello, desde el martes pasado, tiene 1.035 millones de dólares en papeles.

El anuncio de llevar una parte de esos bonos al mercado internacional lo hizo a inicios de año, pero el proyecto aún no se concreta.

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Crespo cree que las condiciones del mercado no son tan favorables como en marzo, cuando el riesgo país fue inferior a los 700 puntos. “El Ministerio de Economía se demoró mucho en sacar esos papeles; ahora es más difícil, pero es posible”, señala.

Con los papeles en la mano, a Yépez le resta colocarlos. ¿Dónde?; ¿en el mercado interno?; ¿en el externo?; ¿cuándo? La respuesta, por estrategia, la mantiene en reserva. Mientras tanto, solo quedan las cifras: por cada dólar que llega, el país paga 3,70, según las cifras estimadas.