El príncipe Felipe concluyó ayer el relevo de la antorcha olímpica por las calles madrileñas, encendiendo un pebetero en una de las plazas más simbólicas de la capital.

Bajo temperaturas de hasta 30 grados centígrados, cientos de personas esperaron a lo largo de la ruta y en la plaza de la Puerta de Alcalá para ver el fuego olímpico y vitorear a los 30 atletas, personajes del ámbito deportivo y personas ordinarias que se turnaron para llevarlo.

El astro español del waterpolo y ex medallista olímpico Manuel Estiarte portó la llama en los primeros 400 metros del recorrido a través del centro comercial y financiero de la capital.

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El día concluyó con el recorrido de la antorcha por la ciudad de Barcelona, donde una multitud entusiasta vitoreó a las 126 personas.

La antorcha cumple con la etapa europea de un recorrido de 35 días alrededor del mundo, antes del 13 de agosto, cuando está prevista la inauguración de los juegos. Hoy sigue  su recorrido hacia Roma.