Catorce años, tres meses y dieciocho días funcionó el teléfono público que Emetel instaló en Mapasingue Este, en la cooperativa de vivienda El cerro, gracias a que el Presidente de la República de ese entonces escuchó nuestro clamor de habitantes incomunicados.

Desde entonces nos acostumbramos a utilizar ese aparato, y no pusimos el mínimo empeño por tener unos en nuestros domicilios; tampoco por ese tiempo la empresa vendía líneas a nuestro sector, y el que la consiguió fue –como vulgarmente se dice– “por la izquierda”.

¡Tantos años que de mi local se benefició esa empresa millonaria y nunca tuvo la gratitud de poner tono para recibir llamadas! Aún así, como buen colaborador, yo no me negué a atender a los usuarios que venían a altas horas de la noche a hacer sus llamadas de urgencia. En la actualidad estoy incomunicado ya que la empresa retiró ese teléfono.

Publicidad

Yo me descuidé de hacer los trámites. El tendido de los cables por aire y subterráneos aún existe, y las visitas puerta a puerta por parte de Pacifictel, que tanto se difunden en los medios de comunicación, para dar líneas telefónicas, no las hacen por acá.

Pido a Pacifictel que mande un visitador a mi taller de sastrería donde funcionó el teléfono público, para que por favor me vendan la línea telefónica.

Luis Roberto Martínez Andrade
Guayaquil