El propósito del concurso era rendir un homenaje a los hombres y mujeres que sufren.

Las torturas que practicaron los nazis contra los judíos en la Segunda Guerra Mundial, la quema de mujeres consideradas brujas en la edad media y las Cruzadas religiosas fueron algunas de las historia que Alejandro Arellano Vivar, estudiante del 5º curso de la unidad educativa La Asunción, dibujó ayer durante el III Concurso Intercolegial de Pintura denominado No a la tortura, que se realizó en la Plaza de Artes y Oficios.

El evento, organizado por la institución regional de Amnistía Internacional y el Comité Permanente de los Derechos Humanos, se desarrolló con el propósito de recordar el Día de la No tortura y de rendir homenaje a las personas que sufren en cualquier parte del mundo, expresó César Carvajal, miembro organizador.

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En este marco, los jóvenes dibujaron y pintaron sobre cartulinas personas flageladas, signos de violencia como cadenas y fuego, niños tristes y terroristas.

Las técnicas quedaron a elección de ellos. Ricardo Portilla, alumno del 5º curso del colegio Manuel de Jesús Calle, utilizó el carboncillo.

El tema de su pintura era ‘Parar la violencia que hace sufrir a Cristo’. Consistía en la imagen de Jesús crucificado observando a terroristas, capataces, guerras y muertes.

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Manuel señaló que es la segunda ocasión que participa en el evento y que seguirá haciéndolo para recordarle al mundo que existen personas que padecen por las diversas formas de maltrato.

La pintura de Priscila Bernal, estudiante del 6º curso del colegio Dolores Sucre, intentaba reflejar la súplica del mundo para detener los hechos de violencia que suceden en distintos países.

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Con carboncillo y acuarela, esta joven graficó un mundo en el que insertó manos encadenadas que rezaban, un puño, metralletas, terroristas y una paloma.

“Son muchos los hechos violentos ocurridos en países como Iraq, que aunque no se sabe con certeza si ocurrieron; pueden estar en la mente de personas con trastornos sicológicos”, agregó.

A Nancy García, quien concursaba también por el colegio Dolores Sucre, le parece que una de las formas más fuertes de tortura es la flagelación. Por eso, su pintura era la de un hombre golpeado con látigos que imploraba ayuda.

Los alumnos tuvieron un receso a las 11 de la mañana para observar el show artístico estudiantil que los grupos de canto y baile de los planteles concursantes habían preparado desde hace una semana.

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Durante este recreo, los estudiantes comieron algunas golosinas y tomaron bebidas.

A las 14h00 el jurado calificador, que lo formaban delegados de las instituciones organizadoras del evento, tenía previsto entregar diplomas a las mejores pinturas.