El enfrentamiento entre los futbolistas uruguayos y sus equipos por deudas pendientes, que derivó en la paralización de los torneos locales, se agravó anoche al decidir varios clubes suspender los entrenamientos para no pagar los salarios.
 
Los presidentes de los equipos de la Primera División uruguaya analizaron la situación con los directivos de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y al menos seis de los 18 clubes decidieron suspender los entrenamientos de sus plantillas para no abonar los honorarios.
 
El presidente de la AUF y vicepresidente de la Confederación Sudamericana, Eugenio Figueredo, afirmó que por una deuda de siete clubes de la Segunda División se perjudica a otros 30 equipos de Primera y Segunda División que cumplieron con sus compromisos.
 
La decisión de la gremial de jugadores causó gran malestar en los directivos de los equipos de la Primera División, que nada tienen que ver en el conflicto.
 
La Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales decidió el jueves en asamblea iniciar un paro indefinido y no jugar la última jornada del torneo Clasificatorio de Primera División y la sexta jornada del torneo Apertura de la Segunda División, previstas para este fin de semana.
 
Los dirigentes de la asociación que representa a los jugadores afirmaron que lo votado en la asamblea fue "un paro y no una huelga", porque las plantillas seguirán entrenándose, pero no jugarán los torneos organizados por la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).
 
La gremial es sólo una y no hay futbolistas de Primera y de Segunda, adujeron los directivos de la gremial para justificar la paralización de los torneos en ambas divisiones.
 
Los futbolistas aseguran que solo dos de los 18 equipos de la Segunda División cumplieron con un acuerdo alcanzado hace dos meses para abonar un mínimo de 3.700 pesos (123 dólares) a sus jugadores.
 
Diez pagaron con atrasos y seis no han pagado los salarios mínimos acordados, afirmó la gremial.