Hasta 27 horas y media llegó a estar un hincha frente al estadio del Once Caldas, con el fin de comprar un boleto para la final de la Copa Libertadores entre ese equipo y el Boca Junior, a  realizarse el próximo jueves.

Los sacrificios de los aficionados para conseguir una entrada han sido mayúsculos, el desembolso de dinero grande y como si fuera poco algunos resultaron asaltados.

Desde el lunes pasado, cientos de aficionados se instalaron en los alrededores del estadio Palogrande para conseguir entradas.

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Los grandes beneficiados han sido los revendedores, quienes pese a los controles establecidos por la administración del Once Caldas y la Policía obtuvieron una buena cantidad de boletos.