Ofensiva de la coalición en Faluja contra el rebelde iraquí Musab Al Zarqawi dejó
20 muertos. Los mandos militares de Estados Unidos, sorprendidos por la pericia de combate que mostraron en los últimos días los insurgentes de Iraq, estudian el envío de otros 15.000 soldados a ese país, informó ayer la cadena de televisión CNN.
El general George Casey dijo ayer, en la audiencia de confirmación como jefe de operaciones en Iraq, en reemplazo del general Ricardo Sánchez, que el mando central prepara planes de contingencia en previsión de un aumento de la violencia.
“La insurgencia es mucho más fuerte que lo anticipado”, dijo Casey. En Iraq hay unos 135.000 soldados norteamericanos.
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Iraq y Vietnam
Estados Unidos sigue sin hallar una “estrategia de salida” para Iraq, donde la transición democrática prometida a partir del próximo 30 de junio y la ayuda internacional son cada vez más inciertas, al punto que algunos vaticinan un desenlace comparable al fracaso de Vietnam.
Treinta años después del fin de la guerra de Vietnam, Washington está frente a una misma duda: apoyarse o no en un gobierno y fuerzas locales frágiles para eludir un conflicto remoto.
El término “iraquización” se hace cada vez más común y recuerda al de “vietnamización” preludio de la salida de tropas y la derrota en el conflicto de Indochina.
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La elección presidencial estadounidense de noviembre amenaza con influir pesadamente en este debate.
“Políticamente no se gana nada manteniendo a alrededor de 138.000 soldados estadounidenses en Iraq, con muertes casi diarias de militares o empleados de empresas norteamericanas y consumiendo más de 18.000 millones de dólares en la reconstrucción del país”, estima Daniel Serwer, del Instituto de Paz de Estados Unidos.
Nuevos ataques
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Ayer un ataque aéreo de EE.UU. sobre un presunto refugio de miembros del grupo del rebelde Musab Al Zarqawi, en la ciudad de Faluja, mató entre 20 y 25 personas, dijo ayer el general Mark Kimmitt, jefe militar de más jerarquía en la coalición.
La ofensiva estadounidense ocurre un día después que ataques en Bagdad, Mosul, Baquba, Faluja y Ramadi, que Al Zarqawi se atribuyó, dejaron al menos un centenar de muertos, entre ellos tres uniformados de Estados Unidos.
En Bagdad, el nuevo liderazgo del país prometió enérgicas medidas contra los insurgentes y consideró que la mayor parte del asedio estaba dirigido por extranjeros.
El vicepresidente interino Ibrahim Al Jaafari advirtió que podría dictarse un estado de emergencia o la ley marcial para enfrentar la violencia.
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Ayer, tanques estadounidenses y vehículos armados maniobraron en una carretera cercana a los límites de Faluja e intercambiaron fuego con insurgentes armados.
Incidentes similares ocurrieron también en Baquba y horas después explotó una bomba en Bagdad que mató a un policía iraquí.
Los últimos hechos de violencia afectaron a las ciudades sunitas, pero no se extendieron a las regiones dominadas por la mayoría chiita de Iraq, incluso en un movimiento estratégico sin precedentes, el clérigo rebelde chiita Muqtada Al Sadr aseguró que está dispuesto a participar en la protección de lugares oficiales para salvaguardarlos de atentados terroristas.