Mientras continúen existiendo los mismos nombres que adornan la política ecuatoriana desde hace más de 20 años, todo seguirá siendo más de lo mismo.

Son los mismos, con las mismas malas ideas, costumbres, mañas y métodos para el desfalco público. Mientras existan los mismos, ocurrirán las mismas obscenidades, es decir, el mismo mal querido Ecuador. Mal querido por muchos ecuatorianos, todos ellos en la clase política y dirigente. Desde presidente para abajo, todos están en el juego político y en puestos de poder desde hace muchos años.

Todos están salvados económicamente, con sueldazos de oro más prebendas, enormes seguros y magníficas jubilaciones de privilegio...; indudablemente no son servidores públicos, sino “autoservidores” o servidores propios.

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Investíguese el patrimonio personal de servidores públicos y quedaría bien claro dónde está el dinero de la nación, a la que se postularon una vez, y para siempre, argumentando que tenían vocación de servicio. Mientras la misma se pavonée en la dirigencia del país, todo seguirá igual y cada vez peor. Por algo la juventud se quiere ir del país, y dentro de un tiempo será el dinero que envíen los migrantes, la primera fuente de ingresos, arriba de lo que ingrese con el petróleo.

Daniel Poggi  Liberman
Guayaquil