Autoridades de colegios y escuelas que registran exceso de cupos para los primeros años, imponen límites de promedio en aprovechamiento para aceptar la inscripción de las alumnas.

En el colegio Manuela Garaicoa de Calderón, decenas de padres y madres llegaron desde la madrugada para inscribir a sus representadas; todas con distintas suertes, como el caso de Vilma García quien ya tiene el cupo para su hija porque era abanderada, por lo que no hubo la necesidad de esperar el azar.

Sin embargo, a Graciela Campoverde, como su niña tenía 18 de promedio debía regresar para asistir al sorteo y saber si tiene la suerte de estar entre las 250 aceptadas; mientras otros padres aguardaban que las autoridades del plantel autorizaran recibir a quienes tenían menos de 17.

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En otro de los establecimientos con gran demanda, el Herlinda Toral, luego que seiscientas menores han sido inscritas se escoge a 69 mediante sorteo. “Los padres conocen y saben a qué atenerse”, indicó Washington Coronel, rector de la institución.

Desde la Dirección de Educación del Azuay, las autoridades advirtieron que no deben establecerse condiciones de promedio para la inscripción de los alumnos, así como costos por la misma, ante este hecho que cada año se repite en los planteles educativos cuencanos.