La Policía informó ayer que continúan las investigaciones para localizar al cabecilla del Grupo de Limpieza.

María Angulo, de 39 años, recuerda a N. Palacios Cortez (a) El Topo, presunto líder del Grupo de Limpieza, como un hombre callado y amable. Él, junto a Vicente Olmedo Rentería, de 24, (fallecido después de su captura el pasado sábado) fueron sus vecinos durante dos meses.

La mujer, quien habita en la población de Chigüe, ubicada a media hora de la ciudad de Esmeraldas, asegura que Palacios y Rentería, llegaron a habitar una casa que estaba abandonada hace seis años.

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Aseguró que los sujetos, vinculados a una red de sicarios colombianos y ecuatorianos a la que se acusa de los crímenes de diez personas (dos con antecedentes delictivos), eran reservados, y recibían la visita de “aproximadamente siete hombres que llegaban de vez en cuando a la casa”.

“Yo no tengo miedo porque ellos no se metían con nadie, traían sus compras y se encerraban”, afirmó.

La mujer negó que los sujetos, ahora detenidos y acusados de sicariato, hayan amenazado de muerte a los moradores del pequeño poblado.

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Explicó que el sábado pasado, a las 07h30, llegaron los policías. “Estábamos durmiendo cuando escuchamos los gritos. Luego hubo disparos, él, (Vicente Olmedo) estaba disparando y los policías lo abalearon con un fusil”, dijo.

Agregó, que ella y su familia vivieron momentos de terror debido a la balacera. “Eso es lo más terrible que me ha pasado en mi vida”, señaló.

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Mencionó que El Topo (de nacionalidad colombiana) y Olmedo (ecuatoriano) salían a la carretera principal caminando por un estrecho callejón, de aproximadamente 150 metros de largo. La presencia de los dos no pasó inadvertida para los más de mil habitantes que tiene este recinto, ubicado en el kilómetro 22 de la carretera Esmeraldas–Viche.

“Ellos llegaron a vivir a este pueblo, eso no lo podemos negar, pero aquí nadie sabía a qué se dedicaban, supuestamente uno de ellos era el enamorado de una chica que vive en el pueblo, eso es lo que creíamos todos”, sostuvo Luis Ugalde, profesor de la escuela Leonidas García, ubicada en el centro del poblado.

Wilson Ugalde, rector del plantel pidió que no se desprestigie a su comunidad por el hecho de que allí vivían los presuntos sicarios.

“Aquí vivimos en paz, somos un pueblo trabajador, que no se siga diciendo que aquí es el refugio de sicarios, porque no es cierto”, agregó el profesor Luis Ugalde.

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