En este momento Samborondón tiene un alto índice de enfermedades infectocontagiosas como tifoidea, salmonelosis, síndrome diarreico, parasitosis, paludismo, escabiosis..., que se dan por la alta contaminación de los productos de primera necesidad que se consumen.

Las causas de esa contaminación son: el camal municipal –donde se sacrifica el ganado de la forma más rudimentaria y cruel– está rodeado de excremento de ganado, roedores, moscas, gallinazos, sangre descompuesta.

No hay mercado municipal. Desde hace más de dos años se ordenó la demolición del antiguo mercado y hasta la vez se construye uno nuevo, por lo que los comerciantes exponen sus productos como carnes, legumbres, a la intemperie, bajo el sol, con polvo y moscas.

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El agua potable, de potable no tiene nada, parece lodo; es turbia y de mal sabor. Lo mismo sucede en Tarifa, Boca de Caña y otros recintos.

Los mosquitos por las noches son insoportables; urge una fumigación.

No hay hospital. Samborondón, situado a 32 kilómetros de Guayaquil, tiene más de 60 mil habitantes y está por cumplir 49 años de su cantonización. Necesita un hospital moderno con capacidad para unas 150 camas, y servicios de cirugía, pediatría, maternidad, consulta externa, área docente; que debería estar ubicado entre Samborondón y Tarifa.

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Se apuran en trabajar cuando se acercan las elecciones, colocando un ladrillo por aquí, por allá; pero las obras prioritarias como las descritas se quedan abandonadas. ¡Los samborondeños ya estamos cansados!

Dr. Oswaldo Navarro Ripalda
Samborondón