“Que Ecuador jamás fue Amazónico”, respeto pero no comparto esa opinión.

En el Archivo de Indias en España hay cartas de Gonzalo Pizarro y de Francisco de Orellana, que protagonizaron la expedición al Amazonas, y hay la Capitulación del Rey de España en la que a Francisco de Orellana le dice: “e que salisteis de las provincias de Quito con Gonzalo Pizarro al descubrimiento del Valle de la Canela”, que se denominó después Amazonas.

Esta Capitulación es indudablemente la partida de nacimiento del río Amazonas.

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Que con la invasión del Perú al Ecuador en 1941, y 18.000 peruanos con dispositivos más avanzados para la guerra, frente a 3.000 ecuatorianos casi desarmados y no pudieron contener que bombardearon Santa Rosa en la provincia de El Oro, Pasaje, Macará, Cariamanga, que de Zapotillo solo quedaron escombros, y, si después de la invasión se firmó el protocolo de Río de Janeiro en 1942 y quedó del Perú el Amazonas, no perdió con eso su nacionalidad y el Perú, en su poder tiene un río ecuatoriano; “por el derecho de cada uno respecto a todas las cosas y en ausencia de impedimento y derechos ajenos, se apropia de los bienes que considera más aptos para conservación y desarrollo de su propia existencia”, dice Hobbes del Derecho de Naturaleza.

Que por el tratado Pedemonte-Mosquera firmado en Lima el 11 de agosto de 1830, quedó el río Amazonas definitivamente reconocido como línea de frontera del Ecuador por el sur, cediendo Ecuador al Perú toda la ribera del río, cumpliendo disposición en el tratado de 1829, después de la guerra del Perú con el departamento del sur de Colombia (Ecuador) en Tarqui, “De hacerse recíprocamente cesiones de pequeños territorios que contribuyan a fijar la línea divisoria de una manera más natural, exacta y capaz, de evitar competencias y disgustos entre autoridades y habitantes de las fronteras”.

Heriberto Barriga Merizalde
Guayaquil