El Congreso filipino proclamó formalmente el jueves a la presidenta Gloria Mapacagal Arroyo ganadora de las elecciones presidenciales del mes pasado, tras una sesión maratónica que puso de manifiesto las profundas divisiones que aquejan al país.
 
El gobierno tiene mayoría en las dos cámaras, por lo cual el resultados de la votación, conocido a las 2 de la madrugada, jamás estuvo en duda. Pero el durante las dos semanas que duró el escrutinio, la oposición peleó a cada paso, insistiendo en su acusación de fraude contra el candidato Fernando Poe, un actor de películas de acción.
 
Tal vez el enconado enfrentamiento no haya terminado. La ceremonia de juramentación está prevista para el 30 de junio, pero la oposición ha advertido que puede haber una nueva rebelión de   poder popular. Las fuerzas de seguridad están en alerta; tres bombas fueron halladas en la capital en las 24 horas siguientes al fin del escrutinio el domingo por la noche.
 
Después de las divisiones profundas y dolorosas de las elecciones del 10 de mayo, debemos iniciar el proceso de sanar a la nación y unir a nuestro pueblo, dijo el presidente de la cámara baja, José de Venecia.