Un juez militar decidió que la cárcel de Abu Ghraib, donde se cometieron los abusos de soldados de EE.UU. contra presos iraquíes, se la declare escena de crimen, por lo que no se la desmantelará como ofreció el presidente de EE.UU., George W. Bush, y rechazó una solicitud de los defensores de los soldados acusados para que sus procesos se realicen fuera de Iraq.

Los abogados de los sargentos Javal Davis e Ivan Frederick y del especialista Charles Graner insistieron en que estos seguían órdenes de oficiales superiores, por lo que  anunciaron que llamarían como testigos a los generales John Abizaid, jefe de la Comandancia Central (Centcom) de EE.UU.; Ricardo Sánchez, jefe de las fuerzas terrestres en Iraq, y otros altos oficiales de la coalición. Además citarían a Bush y a su secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, al señalar que ambos dejaron de lado la Convención de Ginebra en su “guerra contra el terror”.

La audiencia militar en Fort Bragg, Carolina del Norte, contra la soldado estadounidense Lynndie England fue aplazada hasta el mes próximo, informaron ayer fuentes del Ejército.

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En Londres, el diario The Guardian publicó que hay denuncias de que soldados británicos mutilaron los cuerpos de iraquíes muertos en combate, mientras que en Estados Unidos The New York Times informó que la administración Bush ha exagerado la importancia de los más de 600 hombres presos en la base naval que mantiene EE.UU. en Guantánamo, Cuba, pues ninguno es dirigente o agente importante de Al Qaeda.