Organizaciones de derechos humanos,  religiosas y de defensa de los inmigrantes se unieron para combatir la  creciente campaña de redadas y deportaciones de latinos en California, que ha  despertado el pánico entre la comunidad hispana del estado.
 
"Estamos preocupados", dijo a la AFP Steve Reyes, del Fondo Mexicoamericano  para la Defensa Legal y la Educación (MALDEF, por sus siglas en Inglés).
 
"Hasta lo que sabemos unos 410 inmigrantes indocumentados del sur de  California, en la zona que va desde Los Angeles a San Diego (sur), fueron  detenidos en redadas que apuntan generalmente a la población de origen mexicana  y en su mayoría fueron deportados a su país", añadió Reyes.
 
MALDEF, conjuntamente con otras organizaciones, estudia las causas de este  "cambio" en las operaciones de la Patrulla Fronteriza, a veinte días de que  iniciaran estos operativos en los condados de San Bernardino, Riverside y San  Diego.
 
"No sabemos aún a qué se debe este cambio por parte de la Patrulla  Fronteriza. Estamos investigando para poder emprender medidas legales", dijo.
 
Ante el clima de pánico que se extendió como reguero de pólvora entre la  comunidad hispana, el concejal de Los Angeles, Antonio Villaraigosa, y líderes  religiosos instaron a las autoridades a poner fin a estos operativos.
 
"Decidimos unirnos para decirle al gobierno federal que no vamos a tolerar  ese tipo de actividades en Los Angeles y hacerle saber a la gente sus  derechos", dijo Villaraigosa el lunes durante una protesta contra las redadas  en el centro de Los Angeles.
 
"La comunidad latina es otra vez objeto de sospechas y prejuicios en esta  nueva ola anti-inmigrante", expresó Edward Clark, sacerdote de la iglesia de  Nuestra Señora de Los Angeles.
 
El embajador de México en Estados Unidos, Carlos de Icaza, señaló el pasado  fin de semana que esperaba recibir información de Washington sobre el número de  indocumentados mexicanos que podrían haber sido deportados este mes tras las  redadas.
 
"Estamos en el proceso de recibir la información por parte de autoridades  estadounidenses", afirmó el diplomático en una conferencia de prensa al término  de la reunión de la Comisión Arizona-México, en Phoenix (Arizona, oeste).
 
El pasado 16 de junio  -al cumplir instrucciones del presidente de México,  Vicente Fox-  la embajada mexicana en Washington presentó una carta diplomática  ante el Departamento de Estado en la que cuestionó los operativos.
 
Tomas Jiménez, portavoz de la Patrulla Fronteriza, indicó que desde el 5 de  junio sus agentes no han vuelto a realizar redadas.
 
"No hemos realizado más redadas y tenemos mucho trabajo como para enviar a  los agentes sólo para hacer presencia y asustar a la gente", expresó Jiménez,  citado por el periódico La Opinión.
 
Pero esto no es lo que dicen las organizaciones de derechos humanos y  defensa de los inmigrantes.
 
"Las redadas siguen. Nosotros no hemos parado de recibir denuncias", dijo  Reyes.
 
La Patrulla Fronteriza (Border Patrol en inglés) indicó en un comienzo que  los inmigrantes fueron detenidos en diversos operativos "de rutina"  -que no se  habían efectuado en estas áreas desde hace cuatro años-  autorizados por el  Departamento de Seguridad Nacional (HSD), con el fin de investigar si las  personas que se encuentran en las calles están en el país sin documentos.
 
Según organizaciones de derechos humanos y defensa de los inmigrantes, las  detenciones se han llevado a cabo mientras los inmigrantes realizan tareas  rutinarias, como esperar el autobús o a las salidas de las Iglesias o  supermercados.
 
"Es horrible. Tengo amigos que no llevan a sus niños a la escuela por el  miedo a ser arrestados", comentó una joven al descender del autobús.