El ingeniero espacial Pablo De León aseguró el  martes que "en dos años" Argentina podría tener su primer vuelo espacial  privado, luego de la experiencia realizada el lunes en Estados Unidos por Mike  Melville a bordo del SpaceShipOne .
 
En declaraciones radiales, De León señaló que el proyecto, denominado  Gauchito , "no podría tener su primer vuelo de prueba antes de los dos años",  pero no descartó que los plazos se acorten de acuerdo a las inversiones que se  consigan para financiar el emprendimiento de dos millones de dólares.
 
Explicó que la iniciativa de los ingenieros argentinos es "un cohete  convencional, con cuatro motores abajo, y arriba una cápsula cónica que se  separa del cohete cuando llega a la altura máxima, y desciende en paracaídas".
 
"Todavía estamos haciendo pruebas, porque no tuvimos la suerte de recibir  los 20 millones para completar el proyecto, por lo que creemos que podemos  hacer un vuelo de prueba, pero no antes de los dos años", señaló.
 
La primer prueba no patrocinada por fondos públicos fue financiada por el  multimillonario Paul Allen, fundador junto a Bill Gates de Microsoft.
 
El científico, quien reside en el estado de Florida y actualmente se  encuentra en la Argentina, aseguró a radio Continental que hay "decenas de  miles de personas" dispuestas a pagar "entre 10.000 y 15.000 dólares" por  viajar al espacio y explicó que eso es lo que costaba un vuelo en el Concorde.
 
Indicó que para viajar los interesados solo necesitan "un entrenamiento de  entre una semana y diez días" y estimó que existen unos 26 proyectos de este  tipo de diferentes países.
 
"El Gauchito procura popularizar los viajes espaciales, hacerlos posibles  para el ciudadano común", dijo el ingenierio, quien vaticinó que "un día de  éstos, serán moneda corriente" porque hay muchos interesados en "ver la Tierra  desde los 100 km, que es el límite oficial del espacio, su curvatura, los  continentes".
 
El primer cohete privado estadounidense, transportado por el avión "White  Knight", despegó el lunes del aeródromo de Mojave, en el desierto, 160 km al  norte de Los Angeles, California.
 
El vuelo duró 90 minutos y, cuando finalizó, Melville, un estadounidense de  origen sudafricano de 62 años, sacó su brazo por una de las ventanillas como si  fuera un vuelo de rutina y saludó a la multitud reunida en Mojave.