Iraq asumirá la custodia legal del depuesto presidente Saddam Hussein y de otros nueve altos responsables de su régimen después de que el país asuma la soberanía el próximo 30 de junio.

Aunque legalmente los detenidos estarán bajo jurisdicción  iraquí, las fuerzas de la coalición internacional seguirán asegurando la guardia del ex dictador.

Después del traspaso de poder, los apresados dejarán de ser prisioneros de  guerra y serán juzgados por el Tribunal  Especial Iraquí (TEI), acusados de crímenes de guerra y contra la  humanidad.

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En Londres, el jefe de ese tribunal, Salem Chalabi, anunció que si a  Hussein se lo halla culpable podría afrontar la pena de muerte, con la que en Iraq se castiga a los asesinos y que actualmente está suspendida por la ocupación.

El administrador estadounidense en Iraq, Paul Bremer, nombrará un mediador que examinará las denuncias de los presos iraquíes víctimas de malos tratos en cárceles estadounidenses y  británicas.