Los 63 millones de católicos en Estados Unidos encaran desde esta semana el delicado balance entre religión y política después que sus obispos dictaminaron que los políticos de ese credo tienen la obligación moral de oponerse al aborto.

La Conferencia de Obispos Católicos aprobó el viernes pasado en Denver (Colorado) una declaración de 970 palabras sobre “Los católicos en la vida política”, según la cual los funcionarios deben “proteger a los no nacidos” y por lo tanto, han de oponerse al aborto.

Si no lo hacen, agregó la declaración aprobada con 183 votos a favor y seis en contra entre los más de 300 obispos católicos del país, son culpables de cooperar con el mal y de pecar contra el bien común.

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La mayoría de los obispos se ha mantenido en silencio al respecto, y la declaración de su conferencia en Denver de hecho deja a cada obispo en su localidad la decisión sobre si se negará la comunión o no a algún político por su posición pública acerca del aborto.