El problema delincuencial que afecta al país y principalmente a Guayaquil, no es sino una manifestación de los altos índices de pobreza y subempleo que nos afectan y han motivado múltiples propuestas de solución, especialmente de quienes están inmersos en el manejo del área social.

Pero lo que llama poderosamente la atención es el tipo de delincuencia que nos está afectando y se caracteriza por el secuestro rápido de vehículos con sus pasajeros adentro; intimidación salvaje para lograr esos objetivos y actitud muy común en el país del norte (Colombia) lo cual no vivimos antes.

¿Qué hacer al respecto? Es verdad que la Policía está poniendo lo mejor que tiene, pero no es menos cierto que los operativos que realiza son muy pasivos y abiertamente avisados, por lo que sugiero deben realizarse con otro comportamiento de tipo sorpresa, en los sitios conocidos por todos como los bajos de los pasos a desniveles, las calles Quinta y Las Lomas en Urdesa; las ciudadelas Miraflores, La Alborada y sus alrededores..., principalmente en las noches y madrugadas.

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La ciudadanía debería apoyar a la Policía en estos operativos permanentes; propongo que se establezca una contribución voluntaria por ser dada en lugares definidos, cuyo solo fin sería el fortalecimiento de las unidades nocturnas policiales.

La Policía está dando protección a los viajeros que llegan al aeropuerto, principalmente en la noche; me tocó beneficiarme de dicho servicio al ser acompañado por una unidad hasta mi domicilio al solicitarles si era factible que me den seguridad.

Espero que en algún momento podamos contar con la policía de la ciudad, que sería la fusión de la Policía Metropolitana y la de la Comisión de Tránsito del Guayas, para que controle la seguridad vial como la de los ciudadanos.

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Dr. Antonio Martínez González
Guayaquil