En la mayoría de las escuelas de la urbe se realizaron actos para honrar a los progenitores de los educandos.

Por adelantado y con tarjetas, bailes, premios y canciones se festejó ayer el Día del Padre en algunos centros educativos, fecha que se celebrará mañana.

En la escuela fiscal Abraham Lincoln, al sur de la ciudad, a las 07h30 se realizó un sorteo para elegir al Padre símbolo del plantel y, durante una hora, cada curso efectuó una actividad artística (como declamaciones, danzas y pequeñas obras teatrales) para honrar a los progenitores que se encontraban en el sitio. 

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Luego, las clases se desarrollaron con normalidad.
En la escuela Pedro Menéndez los festejos fueron mayores. Desde las 10h30 se suspendieron las actividades  para que todos sus 700 alumnos pudieran bajar hasta el patio central y participar  de un acto al que también estuvieron invitados los padres, las madres y demás miembros de cada familia.

“Queremos realzar el valor del Día del Padre, que se ha perdido por pobreza o por descuido”, señaló  Katty Terán, profesora del plantel.

Una vez que fue elegido el Padre símbolo, que recibió sus premios sentado en una silla adornada con flores y corazones que simulaba ser un trono,  la fiesta continuó de manera particular en cada grado, donde se realizaron bailes y brindis para completar la celebración.

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Los niños entregaron tarjetas elaboradas manualmente a sus padres. Samuel Fajardo, de 8 años, obsequió orgulloso a su representante una cartulina impecable, en forma de camisa con corbata,  que adentro tenía pegado un pensamiento que culminaba con la frase “Feliz día, papá”.  “Mi profesora me ayudó a cortar la cartulina  y pegar la escarcha, pero lo demás lo hice yo solo”, confesó Samuel.

En otros centros educativos, los profesores optaron por no realizar ningún acto en el que participaran los representantes sino, más bien, preparar a los infantes para que mañana agasajen a sus progenitores en sus hogares.

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Goma, papel brillante color rojo, tijeras y cartulina fueron los principales elementos que utilizaron ayer los estudiantes del sexto grado de la escuela José Baquerizo Maldonado para elaborar las tarjetas que obsequiarán a sus padres.

“Yo le estoy poniendo a mi papi que lo quiero mucho y que le agradezco que sea tan bueno y amoroso conmigo”, expresó Lorena Bravo, de 11 años, mientras recortaba el corazón que iba a adornar su creación.

Mientras que Juan Carlos Quiñónez, de 12 años, pensaba  entregarle a su papá Vidal un reconocimiento a su “paciencia y comprensión”, según expresó.