El Vaticano deploró este sábado que la nueva constitución de la Unión Europea no incluyese referencia directa alguna a las raíces cristianas del continente pese a las gestiones de la Santa Sede.
 
Una cumbre de la UE concluyó el viernes un borrador de constitución que debe ser aprobado ahora por los 25 estados miembros antes de que pueda entrar en vigor.
 
El papa Juan Pablo II ha sido un fuerte partidario de la unidad europea, siempre recalcando la herencia cristiana del continente.
 
La Santa Sede expresa satisfacción ante este paso nuevo e importante en el proceso de la integración europea, algo que siempre ha sido deseado y alentado por el Pontífice, dijo en una declaración el vocero vaticano Joaquín Navarro Valls.
 
No obstante, la Santa Sede no puede sino deplorar la oposición de ciertos gobiernos al reconocimiento explícito de las raíces cristianas de Europa, agregó el vocero. Esta oposición parte de   una interpretación errónea de la evidencia histórica y de la identidad cristiana de la población europea.
 
Pese a las gestiones vaticanas, el texto final de la constitución europea no incluye referencia alguna a las tradiciones cristianas, aunque su preámbulo afirma que el continente   recibe su inspiración del legado cultural, religioso y humanista de Europa.
 
En otro sector se menciona también la libertad de religión.