Con terror vivimos los pobladores de la península de Santa Elena, ante la ‘marejada’, no ‘ola’, de delincuencia que nos azota a toda hora.

No se escapan residencias, ni locales comerciales, ni transeúntes. Existe todo tipo de fechorías realizadas por audaces delincuentes que en su mayoría proceden de diferentes partes, y tan fácilmente ingresan a la Península sin que autoridad alguna mantenga control al respecto.

Hay en nuestra zona muchos peruanos y colombianos que sin documentación alguna ejercen todo tipo de actividades, sin rendir cuenta a la autoridad.

Publicidad

Es hora ya de que reaccionemos ante tanta negligencia, en especial de los que tienen que ver con el control migratorio y delincuencial. La Península posee destacamentos de las tres fuerzas armadas, pero en casi nada ayudan.

Esperamos que esto sea analizado por las autoridades respectivas.

Omar Torres Panchana
Salinas