Los Pistons de Detroit son los campeones de la NBA. Ganaron y humillaron a los Lakers, en el quinto partido.

La euforia y el sentimiento de reivindicación eran las notas dominantes que se vivieron entre los jugadores de los Pistons, de Detroit, mientras celebraron empapados en champán el nuevo título de campeones de liga, la noche del pasado martes.

Minutos antes habían posado en el centro del Palace de Auburn Hills, convertido en una auténtica locura de celebración   de sus seguidores, con el trofeo Larry O’Brien que les entregó el comisionado de la NBA, David Stern.

El alero Tayshaun Prince, el jugador factor de los Pistons por el gran marcaje que le hizo a Kobe Bryant, dijo: “El triunfo nos reivindicaba por completo ante los expertos y comentaristas que nos habían marginado antes de haber comenzado las finales”.

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“Lo hemos ganado nosotros, nadie nos ha regalado nada”, declaró Prince. “Los Lakers nunca pudieron con nuestro juego de equipo y ahora ha quedado muy claro que sí podíamos ganar un título. Nuestra confianza tenía como base el trabajo de cada uno y el pensar siempre en el bien del equipo no como estrellas o individualidades”, dijo Prince.

Chauncey Billups, quien se consagró como el mejor base que hay actualmente en la NBA y ganó el premio de Jugador Más Valioso (MVP) de las finales, indicó que nunca había parado de soñar con el triunfo. “Sabíamos que podíamos lograrlo y desde el comienzo hicimos  lo que el entrenador nos pidió para conseguirlo”,  destacó Billups.

Más radiante estaba el polémico Rasheed Wallace, quien pasó de la frustración, el enfrentamiento y la marginación que comenzaba a sufrir en los Trail Blazers, de Portland, y una semana con los Hawks, de Atlanta, a tener su primer anillo de campeón de la NBA. “Es algo increíble y muy difícil de asimilar”, comentó Wallace. “Lo único que sé es que para mí no solo es importante el título de campeones sino la manera y el grupo de nuevos compañeros con los que he trabajado desde que llegué a Detroit”.

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Rasheed Wallace también tuvo palabras de agradecimiento hacia el entrenador Larry Brown y el presidente de operaciones del equipo, Joe Dumars.  “Ambos siempre confiaron en mí no solo como profesional sino como persona y eso será algo que jamás olvidaré”, destacó Wallace.

Los Pistons no permitieron que los Lakers anotasen más de 81 puntos de promedio en los cinco partidos y el tercero los dejaron con la peor marca en 650 encuentros de la fase final al no superar la barrera de los 70 tantos.

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Pero si los Pistons ya habían dado una lección de defensa, control y entrega de balón, el escolta Richard Hamilton, que tocó las puertas del estrellato, respondió junto con Billups como el líder indiscutible en el ataque.

“Ganar el título ha sido la culminación de muchas cosas que me ha tocado vivir durante los últimos años”, subrayó Hamilton, que encabezó el ataque de los Pistons con 21 puntos.

Los deportistas de los Pistons, al igual que el entrenador Brown, destacaron que su triunfo le iba a hacer mucho bien al deporte del baloncesto porque demostró que el trabajo en equipo al final también puede arrebatarle un título de liga a las superestrellas, aunque estas sean Shaquille O’Neal y Kobe Bryant.

DETALLES

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FESTEJO. Cientos de personas celebraron y bailaron en las calles céntricas de Detroit, la noche del martes, luego que los Pistons ganaron  la Liga Nacional de Baloncesto.

DECLARACIÓN. El escolta Kobe Bryant, que había “garantizado” que los Lakers iban a ganar el quinto partido de las Finales, tuvo que admitir después de la derrota y humillación que sufrieron al perder 100-87 ante los Pistons de Detroit, que sus rivales fueron superiores. 

RESULTADOS: 6 de  junio, Pistons 87, Lakers 75; 8 de junio, Lakers 99, Pistons 91; 10 de junio, Pistons 88, Lakers 68; 13 de junio, Pistons 88, Lakers 80; 15 de junio, Pistons 100, Lakers 87.