Es indignante la forma cómo funcionarios públicos manejan los recursos del país con el descaro más grande, y como si fueran de ellos.

Se permitió entregar un bono navideño de $ 200 a cada funcionario del Ministerio de Bienestar Social, a pesar de estar expresamente prohibido aumentar la masa salarial, y de contradecir una ley impuesta por este Gobierno.

Estas acciones que nadie sanciona, alientan la corrupción y uno se pregunta: ¿Dónde está la Contraloría que no enjuicia a esos malos funcionarios y obliga a que devuelvan al Estado el dinero que entregaron con frescura? ¿Qué pasa con el Congreso que no les pide  explicaciones?

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Se nota que hay bastante corrupción y desconocimiento total del manejo del país, y que el único plan de gobierno que tienen cuando se trepan al poder es enquistarse masivamente en el Estado y gozar parientes y amigos del dinero de los ecuatorianos.

¡Qué amargo se le hace al país cumplir con el fisco, cuando ve el destino de esa plata que la consigue con tanto sacrificio!

Eco. Jorge Tumbaco V.
Guayaquil