Centenares de lugareños palestinos se manifestaron el miércoles contra la expropiación de sus tierras por parte de Israel para la construcción de una barrera alrededor de una colonia judía del norte de Cisjordania.
Los manifestantes lanzaron piedras por la mañana contra cuatro bulldozers israelíes que comenzaron a nivelar las tierras y arrancar olivos en la aldea de Iskaka, obligándoles a dar media vuelta hacia la colonia de Ariel, una de las mayores de Cisjordania.
Las obras del tramo que rodea Ariel comenzaron pese a las insistentes críticas estadounidenses sobre el trazado de la barrera de separación construida por Israel y que se adentra profundamente en territorio palestino ocupado.
"Los bulldozers ya estaban en marcha cuando llegamos aquí esta mañana pero se fueron a la media hora después de que varios niños, entre los manifestantes, les lanzaran piedras", afirmó a la AFP el alcalde de Iskaka, Samir Hariss.
"Los soldados lanzaron gases lacrimógenos y efectuaron disparos al aire. Aparentemente no quisieron que la situación degenerara porque saben que (el presidente estadounidense George W.) Bush se opone al muro en ese sector", afirmó.
El tramo de la barrera que rodea Ariel es muy problemático, ya que la colonia, en la que viven 16.000 colonos, está en pleno corazón de territorio palestino.
El portavoz del departamento de Estado norteamericano Richard Boucher dijo el martes que algunos responsables estadounidenses habían hablado del tema con sus homólogos en Israel.
"Nuestra posición es clara: el cierre constituye un problema. Es un problema si delimita fronteras finales, si confisca propiedades de los palestinos o en la medida en que impone dificultades adicionales al pueblo palestino", afirmó Boucher.
Lamia Hussein, una habitante de Iskaka, presente en la manifestación, considera que los lugareños deben luchar contra ese proyecto con uñas y dientes.
"No tenemos nada que perder, la mayoría de nuestros hombres trabajaban en Israel y perdieron sus empleos y hoy ellos (los israelíes) quieren arrebatarnos nuestros campos", dijo.
Decididos a seguir adelante en la construcción de la barrera pese a las protestas, las autoridades militares israelíes comenzaron a entregar órdenes de expropiación de terrenos a los habitantes de la localidad palestina aledaña de Salfit y a los pueblos de los alrededores, como Iskaka.
Según el alcalde de Salfit, Chaher Echtieh, se confiscarán unas 17.000 hectáreas de tierras palestinas en su localidad y en la región debido a la barrera, que los palestinos llaman "Muro del Apartheid".
"Esto asestará un golpe fatal a nuestra economía. Después de haber perdido nuestros empleos en Israel, perderemos el único medio de subsistencia que nos queda: nuestras tierras", lamentó.