Con llamados a que las naciones pobres asuman la expansión de su comercio y exijan reglas justas de los países ricos, se inauguró ayer la XI Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), en Sao Paulo, Brasil.

La cita mostró la voluntad política de los líderes de los países en desarrollo de impulsar el intercambio comercial entre las economías del sur del planeta, para lograr lo que el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, llamó una “nueva geografía del comercio”.

Annan se manifestó a favor de que las reglas comerciales sean “reescritas” para ayudar a los países en desarrollo y resaltó que las naciones pobres pueden obtener grandes beneficios ampliando el comercio entre ellas.

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“Si reducen los aranceles entre ellos a la mitad, obtendrían 15.500 millones de dólares en comercio adicional”, enfatizó.

El Secretario General de la ONU exigió a las naciones ricas abrir sus mercados a los países menos desarrollados y que reduzcan o eliminen los subsidios agrícolas, para combatir la “discriminación” en el comercio mundial.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien busca liderazgo en el mundo en desarrollo, llamó a los países del tercer mundo a fortalecer su unión para lograr cambios en las reglas comerciales y pidió fortalecer y ampliar el Sistema General de Preferencias Comerciales, mecanismo creado por las Naciones Unidas hace quince años para incentivar el comercio entre los países pobres.

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Este sistema permite a los países en desarrollo eliminar barreras comerciales recíprocas sin extenderlas a las naciones ricas, para incentivar el comercio sur-sur, (entre países del Hemisferio Sur), tema clave en el cónclave.

“La globalización no es sinónimo de desarrollo, pero puede llegar a serlo si sus beneficios son compartidos por todos”, destacó el mandatario anfitrión.

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