Un profundo suspiro de alivio se le escapó ayer al taxista Mario Rojas, cuando pasó el control de un efectivo de la Comisión de Tránsito del Guayas (CTG), ubicado afuera de la terminal terrestre  Jaime Roldós Aguilera, para exigir el uso del taxímetro.

El chofer, que conducía el carro de placas GAU-609, titubeó al explicar que su aparato no marcaba el kilometraje, porque le hace falta una pieza que en el mercado se agotó.

Sin embargo, registraba a la perfección la arrancada (0,35 dólar) y la carrera mínima era de un dólar.

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Rojas pasó la prueba al igual que los 20 taxistas que en el lapso de 5 minutos fueron chequeados por tres miembros de la CTG.

Todos tenían encendido el aparato y mostraron que funcionaba correctamente.

Un panorama similar se divisó en el aeropuerto Simón Bolívar de Guayaquil, en las áreas de arribo nacional e internacional.

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Sin embargo, a las 11h30 fue citado Jairo Cortez Londa, quien  cayó en contradicciones. En su voz se notaba el nerviosismo cuando el cabo Amado Bastidas le preguntó por qué no tenía encendido el taxímetro. “Ella es mi mujer... no, mi vecina”, balbuceó mientras sacaba de su bolsillo izquierdo la licencia para mostrarla al vigilante.

“¿Es su esposa o su vecina, cómo se llama?”, dijo el vigilante.

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El conductor se dirigió hasta donde la pasajera, que se sentaba a su lado derecho, para preguntarle el nombre.

Así, en el lapso de 2 minutos hubo un leve conflicto. La pasajera, que nunca se identificó, trataba de convencer al vigilante que no le estaban cobrando por la carrera, sino que el chofer la trasladó, por amistad, gratis, desde la 34 y Rosendo Avilés hasta el aeropuerto.

Luego se paró a otro taxi, que se estacionó por 5 segundos en la sala de arribo nacional. El chofer de la cooperativa Taxi Col, según los tres pasajeros del vehículo, cobró desde el Mall del Sol un dólar y medio, negociado,  pese a que  llevaba el taxímetro prendido, para engañar a la autoridad.

LA CONSIGNA

TARIFA
El mayor Luis Lalama, encargado de los operativos para exigir el uso del taxímetro, señaló que la tarifa desde el aeropuerto y la terminal terrestre era igual para todas las unidades que prestan el servicio de taxi.

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CONTROL
Los vigilantes  se distribuyeron por varios sectores de la ciudad para cumplir con el chequeo de los taxis y determinar si cumplen o no con el uso del taxímetro.