La Audiencia Nacional española, a través del juez Juan del Olmo, pidió ayer a Italia la extradición de Rabei Osman Al Sayed, El Egipcio, detenido el lunes en una operación antiterrorista internacional en Milán, por ser el líder del grupo islamista que perpetró los atentados del 11 de marzo (11-M) en Madrid.

Según el magistrado español, Al Sayed, lideró en Madrid un pequeño grupo de seguidores árabes con una ideología extremista islámica, partidarios de la Jihad (guerra santa) y de Usama Bin Laden, líder de Al Qaeda, y que estuvo implicado en los atentados terroristas del 11-M, en los que murieron 190 personas.

En el grupo estaba Serhane Ben Abdelmajid El Tunecino, quien se suicidó en la localidad madrileña de Leganés el pasado 3 de abril tras ser cercado por la policía.

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Del Olmo imputa a Al Sayed 190 delitos de asesinato consumados, otros 1.430 en grado de tentativa y cuatro cargos de estragos terroristas, uno por cada uno de los trenes en los que el 11 de marzo explotaron artefactos, además de pertenencia o integración “en organización terrorista islámica”.

Cuando fue detenido Mohammed el Egipcio se estaba informando sobre el sistema de transporte subterráneo (metro) de París para cometer un atentado, indicó el diario italiano La Reppublica, que tuvo acceso a grabaciones realizadas por la policía.

En estas grabaciones el egipcio confiesa que fue el ideólogo de los atentados del 11 de marzo en Madrid: “El proyecto español me costó mucho estudio y mucha paciencia. Emplee dos años”, afirmó en las grabaciones, consideradas como una prueba irrefutable por la policía italiana.

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La policía española detuvo ayer a otras seis personas en conexión con la venta de los explosivos que se utilizaron en los atentados.

Mientras, en la estación de trenes de Atocha, en Madrid, pantallas de video y ordenadores sustituyeron ayer a miles de velas y flores del altar improvisado dedicado a las víctimas de los atentados.

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Empleados y viajeros se habían quejado de que el santuario improvisado, les impedía superar la tragedia.