Los Ministros de Relaciones Exteriores y Jefes de Delegación de los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos, reunidos en Quito, Ecuador, con ocasión del trigésimo cuarto período ordinario de sesiones de la Asamblea General de la OEA. 

RECORDANDO el mandato de la Declaración de Nuevo León que establece el compromiso de aunar esfuerzos en el marco de la Convención Interamericana contra la Corrupción, particularmente a través del fortalecimiento del Mecanismo de Seguimiento de la Implementación de este instrumento.

DESTACANDO la Declaración sobre Seguridad en las Américas en que se reconoce, dentro de un enfoque multidimensional, a la corrupción como una nueva amenaza a la seguridad de los Estados.

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TENIENDO presente que desde su inicio el proceso de Cumbres Hemisféricas se ha preocupado de la lucha contra la corrupción y que este tema ha merecido la atención de nuestros Jefes de Estado y de Gobierno.

RECORDANDO nuestra voluntad de continuar instrumentando los Planes de Acción de las Cumbres de las Américas, así como los compromisos asumidos en la Cumbre del Milenio.

REITERANDO que la Carta Democrática Interamericana declara que los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla y al mismo tiempo establece que son componentes fundamentales del ejercicio de la democracia: la transparencia de las actividades gubernamentales, la probidad y la responsabilidad de los gobiernos en la gestión pública.

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TOMANDO NOTA que la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno reunida en Santa Cruz en noviembre del 2003 reconoció también a la corrupción como una de las mayores amenazas a la gobernabilidad democrática.

CONVENCIDOS que el multilateralismo y la cooperación juegan un papel importante en el apoyo a los esfuerzos nacionales de lucha contra la corrupción, asimismo, facilitan el diálogo y la cooperación para prevenir la impunidad.   

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RECONOCIENDO que la corrupción afecta gravemente a las instituciones públicas y privadas, debilita el crecimiento económico y atenta contra las necesidades y los intereses fundamentales de los grupos sociales más vulnerables de un país.

TENIENDO PRESENTE, por lo mismo, el impacto que representa el servicio de la deuda externa en la lucha contra la pobreza.

RECONOCIENDO que la Convención Interamericana contra la Corrupción es el instrumento jurídico más importante a nivel interamericano para el combate a la corrupción.

DESTACANDO la adopción de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción como un mecanismo eficaz y moderno en el combate a la corrupción.

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DECLARAN: 

1.- El fenómeno mundial de la corrupción ha sido calificado como un obstáculo crítico para el desarrollo social y ha merecido la atención y preocupación de nuestros Jefes de Estado y de Gobierno a través del proceso de Cumbres Hemisféricas.

2.- En el marco de la legislación nacional y las normas internacionales aplicables, nos comprometemos a negar acogida a funcionarios corruptos en el sector público y privado, a quienes los corrompen y a los bienes producto de la corrupción, así como a cooperar en su extradición y en la recuperación y restitución de los activos originados en la corrupción a sus legítimos propietarios, para lo cual debemos perfeccionar los mecanismos regionales de asistencia judicial mutua en materia penal.

3.- El compromiso con la democracia tiene que ver también con la gobernabilidad democrática y la lucha contra la corrupción. La corrupción afecta a la institucionalidad democrática y al crecimiento económico de un país; atenta contra la confianza ciudadana, lo que compromete la estabilidad política y genera a su vez el incremento de la pobreza.

4.- La Convención Interamericana contra la Corrupción significó el primer paso para combatir conjuntamente el grave problema de la corrupción, uno de cuyos propósitos es “Promover y fortalecer el desarrollo, por cada uno de los Estados parte, de los mecanismos necesarios para combatir prevenir, detectar, sancionar y erradicar la corrupción”.

5.- Es necesario perfeccionar el Mecanismo de Seguimiento de la implementación de la Convención Interamericana contra la Corrupción, al igual que fortalecer una acción coordinada y colectiva de los Estados Parte para combatir eficazmente la corrupción y erradicar la impunidad.

6.- La importancia de la celebración de la Conferencia de los Estados Parte de la Convención Interamericana contra la Corrupción y las medidas concretas que se adopten en ella, a celebrarse en Managua, Nicaragua, en el mes de julio próximo, en cumplimiento de los mandatos de la Cumbre de Monterrey.

7.- Su decidido respaldo a la ejecución del “Programa Interamericano para Combatir la Corrupción” y “Red Interamericana de Cooperación contra la corrupción”.

8.- Favorecen la aprobación de medidas efectivas y concretas para la prevención y combate contra todas las formas de corrupción, soborno y prácticas ilícitas conexas en las transacciones comerciales, entre otras.

9.- Manifestamos nuestra preocupación por las prácticas corruptas, ilegales y fraudulentas en la administración de algunas empresas nacionales y transnacionales, que podrían afectar negativamente las economías, en particular las de los países en desarrollo, su sector productivo y sector de consumidores, en detrimento del crecimiento económico con equidad.

10.- El combate a la corrupción fortalece a las instituciones democráticas, evita distorsiones de la economía, vigoriza la gestión pública y evita el deterioro de la moral social, así como contribuye a la seguridad de los Estados del Hemisferio.

11.- Los medios de comunicación social y los diferentes actores de la sociedad civil deben jugar un rol fundamental en la prevención de la corrupción mediante la educación en valores y la difusión de las normas vigentes, acorde con la legislación nacional y las normas internacionales. Su acción responsable, seria e imparcial contribuye a una cultura de transparencia, buen gobierno y valores democráticos.

12.-  La necesidad de adoptar medidas y acciones concretas para el alivio de la deuda externa en vista de su impacto en la inversión social de los Estados.

13.-  La Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción es un valioso instrumento para enfrentar este flagelo, por lo que instamos a los Estados Miembros que aún no lo han hecho, a que consideren la firma y ratificación o adhesión de la misma, según sea el caso.

14.- La importancia de alentar la realización de estudios sobre la viabilidad de instrumentos internacionales destinados a combatir la corrupción y la impunidad, tales como:

Medidas para el decomiso y repatriación de capitales provenientes de ilícitos que afectan a los Estados; Proyecto de “Convención Interamericana para la prohibición de conceder migración legítima a reos o prófugos de delitos de corrupción en perjuicio del Estado en los países de la Región; y, Proyecto de “Convención Interamericana sobre protección al denunciante y los testigos de actos de corrupción”.