Ahora la delincuencia amaga por todas partes.

Ni el menos informado se escapa  de los asaltos, y hasta se expone a los crímenes que se cometen diariamente en los alrededores del parque Victoria, plaza Central, cerros del Carmen y Santa Ana, que son íconos de zonas rojas en Guayaquil.

Por los cerros indicados, aun la parte regenerada, se cometen atracos cotidianos.

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Es muy dolorosa esta percepción e indignante conocer que habría vividores que se mueven en los “bajos fondos” presionando a unos y persiguiéndolos de por vida al estilo de Los Miserables de Víctor Hugo, y que serían los parásitos de la delincuencia.

Alguna entidad de servicio social debe investigar a las propias víctimas de la ambición y perversidad humanas y rescatarlas, en pleno siglo veintiuno, de la esclavitud y el abuso al que estarían sometidos, inclusive las mujeres.

Tienen derecho a las garantías ciudadanas y a no vivir en el delito.

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Arturo Zambrano
Guayaquil