En las aguas turquesas de la rada de Puerto Ayora, una decena de barcos turísticos y yates se balanceaba ayer, al ritmo de las olas. En los peñones cercanos, los piqueros y otras aves se deleitaban con el sol o revoloteaban sobre las naves, en las que en la mañana llegaron centenares de visitantes extranjeros.

Por las calles de Puerto Ayora, extranjeros y nacionales circulaban en gran número y le daban un aspecto alegre y movido. Los negocios estaban abiertos y decenas de camionetas se movilizaban presurosas por las calles.

Los senderos adoquinados del Parque Nacional Galápagos acogían a los interesados en conocer al Solitario George, la tortuga emblemática de las islas, y cientos de otras tortugas, algunas recién nacidas.

Publicidad

La culminación del paro de los pescadores de Galápagos, la madrugada del pasado lunes, trajo consigo la normalización de los recorridos turísticos no solo en Puerto Ayora, sino en todas las islas.

“Es como si no hubiera pasado nada. Todo está hermoso”, señaló, con un español casi inentendible, John Harley, estadounidense que formaba parte de un grupo de quince excursionistas que ayer llegó a Puerto Ayora y se dirigió a los túneles de lava, en la parte alta de la isla Santa Cruz.

Inseguridad

Publicidad

Pese a la normalidad, los propietarios de locales comerciales y dirigentes turísticos afirmaron no estar seguros de que las protestas de los pescadores hayan cesado en forma definitiva, pues dependerá de lo que decida la asamblea de la Autoridad Interinstitucional de Manejo (AIM), del próximo viernes.

Aldo Salvador, director de la Asociación de Operadores Turísticos de Galápagos (Asogal), dijo que para el sector turístico existe aún un alto nivel de preocupación.

Publicidad

“No hay una política clara del Gobierno frente a las pretensiones del sector pesquero. Nos preocupa sobremanera que la AIM adopte cualquier decisión, sin tomar en cuenta los argumentos técnicos”, señaló Salvador.

El dirigente turístico recalcó que el Gobierno tiene la responsabilidad de garantizar el orden y desempeño de las actividades en todo el país. “Esperamos que el orden impere, con el respeto a todas las garantías, para desarrollar las actividades necesarias para el país y el desarrollo de Galápagos”, manifestó.

La preocupación se incrementó ayer con el anuncio del dirigente pesquero Rogelio Guaicha, de que los pescadores de las islas se tomarían los sitios turísticos si la AIM no aprueba sus pedidos de declarar la pesca libre de pepinos durante dos meses.