La Santa Sede autorizó ayer la  apertura de sus  archivos acerca de los 2’100.000 prisioneros alemanes y de los ejércitos aliados durante la II Guerra Mundial, y sobre las  víctimas de las persecuciones políticas, religiosas y raciales en ese periodo. De esta manera el Vaticano permitirá consultar los 2.349 documentos  archivados en su Oficina de Información para los prisioneros de guerra  (1939-1947).

El archivo, administrado en aquella época por monseñor Giovanni Battista, que luego se convirtió en Paulo VI, será además publicado en dos tomos y 8 CD-Rom y vendido por la Librería del Vaticano al precio de 475 euros (unos  500 dólares).

“No se trata de ningún tema religioso ni político en los documentos, que  permiten conocer la historia a partir de la vida cotidiana de los  afectados, como es la tendencia actual de la historiografía”, escribió en un comunicado la oficina de Archivos.

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El próximo año, los historiadores tendrán a su disposición los documentos del pontificado de Pío XI, fallecido el 10 de febrero de 1939, indicó monseñor  Sergio Pagano, prefecto de los Archivos del Vaticano.

En esos documentos se podrá estudiar todo lo que “concierne la preparación” de la encíclica que condena el nazismo Mit Brennender Sorge, así como aquella  sobre la persecución de los judíos que “nunca fue publicada”.

En febrero del 2003, parte de los archivos secretos con información sobre las complejas relaciones entre la Santa Sede y Alemania (1922 a  1939), cuando reinaba Pío XI, fueron abiertos a un grupo de investigadores.