Los dirigentes de los ocho países más industrializados (G8), que se reúnen a partir de este martes en Sea Island (Georgia, sureste), se comprometerán a recortar un 50% el costo del envío de remesas de emigrantes, mientras Estados Unidos hará un favor especial a los mexicanos al reducir los gastos en 56%.
"Los países del G8 acordarán lanzar un proyecto piloto para recortar por la mitad el costo del envío de remesas", adelantó a la prensa Jim Wilkinson, consejero adjunto de la Casa Blanca para Seguridad Nacional, al detallar las principales iniciativas que ya recibieron el apoyo de los países del G8 y que deben ser ratificadas en Sea Island.
Los dirigentes "van a comprometerse a facilitar y recortar el costo de las remesas" y "obrar para disminuir un 50% esos costos", aseguró el responsable estadounidense, horas antes del inicio oficial de la reunión, que comenzará con una cena en la que participarán los jefes de Estado o de Gobierno de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón, Rusia.
Los gastos de envío de remesas mediante sociedades especializadas en la transferencia de fondos pueden alcanzar el 20% del monto enviado, debido a la poca competencia que existe en ese mercado, destacó un reciente estudio del Banco Mundial (BM).
Pese a estimarlos solamente en un 10 o un 15%, Wilkinson admitió que esos costos "sacan dinero a las familias y la gente que necesita esos fondos".
El adjunto de Condoleezza Rice en la Casa Blanca dijo que las remesas alcanzan a nivel mundial la suma de 100.000 millones de dólares anuales. "Esto representa cerca del doble de la ayuda oficial al desarrollo dirigida a la gente de esos países", subrayó.
"Por eso pueden darse cuenta de la importancia de las remesas", explicó, tras presentar la iniciativa de recortar los gastos de envío como uno de los proyectos del presidente George W. Bush para luchar contra la pobreza.
Wilkinson anunció un tratamiento especial por parte de Washington para los mexicanos bajo los términos del acuerdo para la prosperidad vigente entre ambos países.
"Estados Unidos va a reducir los costos un 56% (para México), lo que va a dejar más dinero en manos de los familiares que reciben las remesas", se congratuló.
El funcionario norteamericano también insistió en la necesidad de "extender los microfinanciamientos para ayudar a los nuevos empresarios, o hacer crecer sus empresas y sacarlos de la pobreza".
Las medidas que adoptará el G8 tendrán un impacto significativo en América Latina, región considerada el mayor mercado mundial de remesas, y que debería recibir este año más de 30.000 millones de dólares de los emigrantes en Estados Unidos, según una reciente encuesta del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Según el BID, la gran mayoría de los inmigrantes envían el dinero a sus familias mediante las compañías de transferencias monetarias internacionales, pese a su costo elevado, mientras tan sólo el 11% dijo utilizar los servicios de familiares o personas que viajan al país.
El sondeo reveló asimismo que el dinero es enviado por "los más pobres de los pobres", ya que la mitad de los inmigrantes vive en Estados Unidos con unos ingresos anuales inferiores a 20.000 dólares.
No obstante, el 61% afirmó enviar dinero a sus familiares por lo menos una vez al mes, en cantidades promedio de 150 a 250 dólares.