La estatua de la mítica diosa venezolana María Lionza amaneció ayer partida en dos, un día después de que se anunciara que fue “tratada” del deterioro de más de medio siglo a la intemperie en la principal autopista de Caracas.

La imagen de la politizada “Diosa de las Aguas y de la Selva” sucumbió un día después de que Fundapatrimonio anunciara el fin de un “tratamiento preventivo para conservar las partes más afectadas por el avanzado deterioro de la pieza, cada vez más agrietada”.

Martín Padrón, gerente técnico de Fundapatrimonio, declaró a los periodistas, bajo la estatua fracturada, que el trabajo preventivo de las últimas semanas no fue el de una restauración rigurosa.

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“Para ello se requería trasladarla, lo que fue imposible –dijo–, gracias a la objeción de las autoridades de la Universidad Central de Venezuela”, opositoras al gobierno del presidente, Hugo Chávez.

“Estábamos contribuyendo a que no siguiera deteriorándose más (...) y ya habíamos dicho a la opinión pública que una restauración requería su traslado. Más bien los andamios impidieron que las partes cayeran a la autopista y provocara un accidente”, manifestó.

El mágico y ancestral culto a María Lionza no fue excluido del conflicto político del país, donde millones de personas afirman que la deidad femenina ha impedido que la convulsión pase a mayores, o decidirá, por sí sola, que estalle por derroteros de conflictos.

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“María Lionza, llévatelo!”,  “María Lionza, cuídalo!”, le gritan indistintamente a la maltrecha estatua –ahora partida por la cintura– conductores y pasajeros de vehículos que recorren la autopista, en clara alusión al presidente Hugo Chávez.