La masiva ofensiva, en la que se perdieron miles de vidas por la dura batalla, acortó drásticamente la duración de la Segunda Guerra Mundial, porque primeramente marcó la liberación de Francia y luego la caída del III Reich.

La operación Overlord, nombre en clave del desembarco de Normandía, empezó la madrugada del 6 de junio de 1944, conocido como “Día D”, y permitió el despliegue de 156.000 soldados aliados que, al mando del general norteamericano Dwight Eisenhower, abrieron el segundo frente ofensivo en Europa contra los alemanes y el inicio del fin del III Reich.

Para esa acción bélica, considerada la mayor intervención militar de la historia, se habían dispuesto 39 divisiones, más de 7.000 barcos, entre buques de transporte y navíos de guerra; 5.049 cazas, 3.467 bombarderos, 2.343 aviones diversos, 2.316 transportes aéreos y 2.591 planeadores.

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Al mediodía del 6 de junio, el primer ministro británico, Winston Churchill, confirmaba ante la Cámara de los Comunes el lanzamiento de una ofensiva compuesta por más de 4.000 barcos apoyados por casi 11.000 aviones.

La operación Overlord se desarrolló en tres fases sucesivas y supuso la apertura de un segundo frente en Europa contra los ejércitos alemanes, después del ruso.

La primera etapa fue del 2 al 5 de junio de 1944 con el bombardeo de las fortificaciones alemanas en la costa francesa, entre Cherburgo y Calais.

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A las 05h00 del 6 de junio comenzó la operación con el lanzamiento de tres divisiones aerotransportadas, una británica y dos estadounidenses, en Caen y Carentan. Al mismo tiempo, desembarcaban cinco divisiones en las playas de Saint-Aubin, Courseulles, Arromanches, Saint-Laurent y Saint-Martin-de-Varreville.

Esa primera fuerza de choque la formaban 156.000 soldados en su mayoría anglo-americanos y canadienses.

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En las primeras horas de la batalla perdieron la vida más de 3.000 soldados en las playas de Omaha y Utah, nombres en clave de dos de las zonas de desembarco donde las tropas sucumbieron ante la respuesta alemana. En las dos semanas siguientes murieron más de 40.000 aliados.

A pesar de esas muertes, casi un mes más tarde, el 1 de julio los aliados habían desembarcado en Normandía un total de 920.000 hombres, 586.000 toneladas de material y 177.000 vehículos.

Las otras dos fases consistieron en la ampliación de la cabecera de puente y la ruptura del frente alemán con la toma de Coutances, Granville y Avranches los días 28, 30 y 31 de julio, respectivamente.

A partir de ese momento, intervino el general estadounidense George Patton al mando de cuatro divisiones de blindados norteamericanos y comenzó el avance hacia París.

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El desembarco se planeó durante varios meses y contaba con el factor sorpresa, pues los alemanes pensaban que se iba a producir en Calais.

Se eligió la fecha del 5 de junio con el fin de aprovechar la luz de la luna llena para el lanzamiento de los paracaidistas y el flujo más favorable de las mareas para el desembarco, pero por el mal tiempo se retrasó un día la invasión.

La víspera del desembarco, el general Eisenhower arengó a los soldados, marineros y aviadores de las fuerzas aliadas de desembarco, a los que pidió una “victoria total”.

La superioridad aliada se debió en parte a errores de los nazis que hicieron decir a Eisenhower que “nuestra mejor arma fue la cúpula alemana que obró contra todas las reglas del arte de la guerra”.

En primer lugar la llamada “muralla atlántica”, una barrera defensiva de 5.000 kilómetros que se extendía desde la frontera española hasta los Países Bajos y en cuya construcción habían participado 450.00 trabajadores resultó carecer de profundidad.

Cuando el dictador nazi Adolf Hitler ordenó que todas las unidades se trasladasen a Normandía, los aliados ya avanzaron hasta Le Mans y su progresión era imparable.

El 20 de julio de 1944 un grupo de oficiales intentó, infructuosamente, matar a Hitler para iniciar conversaciones de paz con los aliados pues veían que la guerra estaba perdida.

El 25 de agosto cayó París y una semana después toda Francia estaba liberada y los aliados no emprendieron la ofensiva final sobre Alemania hasta finales de verano del 44, por temor a posibles problemas de abastecimiento.

Unos diez millones de estadounidenses fueron movilizados para esta guerra, de los que murieron unos 400.000. Debido a su avanzada edad unos 1.200 veteranos del conflicto mueren cada día.

Esta generación ha sido en los últimos años objeto de libros, películas de cine y televisión, programas especiales, entre otros.

Ganadores y perdedores, amigos y enemigos se reunirán  hoy en las playas de Normandía, con la asistencia de más de 20 jefes de Estado o Gobierno, incluidos por primera vez los de Alemania y Rusia.