Qué bueno es consultar el diccionario de la Lengua Española. Recojo tres palabras:

Banal: trivial, insustancial.

Preceptor: persona que enseña.

Regente: persona que rige o gobierna.

Banales son los cruces de palabras entre ciertos actores  de las políticas, ejemplos “rata” y “cloaca”. O que a Miguel Orellana, el mayor Borbúa lo llame “Michael Orellana”.

Banales han sido las noticias referentes al viaje del presidente Lucio Gutiérrez y de doña Ximena al matrimonio del príncipe de España con Letizia, incluyendo aquello de la confusión con un sultán y los vestidos de Tippan, hasta la insinuación del PSC, que por ese viaje y otros podría estar Gutiérrez en la causal de abandono de la presidencia y así cesarlo en el cargo.

Banal también es la discusión sobre si el Presidente y el Vicepresidente deben ser juzgados en combo, de cesar al primero, que esconde la pretensión de las mafias políticas de designar Presidente a dedo en el Congreso Nacional, con base en una norma constitucional prostituida en febrero de 1997, cuando tumbaron a Bucaram por mal cantante y artista de tarima, declarándolo insano mental.

¿Por qué aquello de preceptor y regentes? Con el respeto que merece el coronel ingeniero Gutiérrez, su manera de gobernar de tumbo en tumbo parecería que está sujeta a preceptores o regentes.

Preceptores y regentes parecen los del FMI, en el país que más al pie de la letra ha intentado seguir sus recetas, con tremendos costos sociales, en el absurdo pensamiento que solo por la macroeconomía puede encontrar una sociedad atención a las necesidades colectivas de los que tienen ingresos de miseria y de bajo nivel.

Los pactos de gobernabilidad generan otros preceptores y regentes en “los líderes” de los partidos asociados con el que se denomina Sociedad Patriótica. Ahí tenemos al Ing. Febres-Cordero y el Ab. Bucaram, aparentemente contrarios los dos, pero en un solo compromiso, hasta el distanciamiento del PSC por los desafueros del mayor Borbúa.

En materia petrolera, pasamos del sindicalismo ortodoxo a la irracionabilidad de asumir como propios los proyectos de negocios y contratos de las empresas interesadas en llevarse el petróleo del Ecuador, bajo el supuesto que son los de las conveniencias nacionales, hasta reformando las normas que permiten que recién “renunciantes” de las empresas pasen a asumir las responsabilidades del Estado, con lo cual se genera la sensación de que aquellos solo están de licencia en las empresas de los que aparecen desligados.

El más novedoso preceptor y regente es el doctor Bolívar González. El Ministerio de Bienestar Social –con el ministro Antonio Vargas– y el INDA (Instituto Nacional de Desarrollo Agrario), con potestad plena para revertir tierras y conceder posesiones, se mencionan como sus dos escenarios de gestión. Antes lo fue la AGD, donde a Wilma Salgado, doctora en economía, la llevó a la tarima, supuestamente en contradicción con el presidente Gutiérrez, que ahora lo acoge. Generosidad del Dr. González de ser parte de un gobierno que semanas atrás lo cuestionó severamente.

El presidente Gutiérrez, en su mensaje del 15 de enero del 2004, señaló que había pasado el año de aprendizaje. Que nadie se sienta preceptor o regente.